A continuación un poema de Aidaly Ochoa Bravo, una metáfora de la fuerza de la naturaleza como reflejo de la justicia de las emociones exaltadas.
Se desata la tormenta
Se desata la tormenta
llueve como si el cielo quisiera que nos doblegáramos
se inunda el pavimento
toda señal de movimiento deja paso al viento histérico.
Se desata la tormenta
los truenos resuenan más fuerte que todos aquellos gritos
es un castigo divino
ira celestial, siempre implacable.
Se desata la tormenta
el dios que habita en los cielos hace manifiesta su furia
nadie se salva, nada se mantiene en pie
cada gota representa un pecado distinto.
Se desata la tormenta
desata toda tu fuerza, ¡oh señor, no tengas piedad!
En cada rayo se ve un poco de esperanza
espero no estar demasiado cerca del fin.
***
Las imágenes que acompañan el texto pertenecen a Jason Weingart.
Puedes apreciar más de su trabajo fotográfico aquí.
***
La naturaleza es el ámbito esencial de los misterios. ¿Hacia dónde van las cosas que no entendemos? ¿De verdad hace falta que las entendamos? Tal vez no importa el destino.