Fue como un momento de suspenso, no sabía qué pensar, he escuchado esa canción un millón de veces, sin exagerar; me recuerda algo de el sentimiento y de lo fuerte que he logrado ser cuando no está más. Mi sonrisa, mis palabras sencillas, cosas sin sentido, mi especial forma de besar, las piernas encogidas sintiéndome tan segura y querida. Todo lo que se quedó después de aquel día, las dulces palabras a mi oído, tus manos húmedas y temblorosas llenas de verdades, de sueños… sueños que ya quemé y tiré por la ventana.
Soy tan débil como sólo él sabe, soy tan fuerte como he aprendido del momento, mostrando todos mis talentos para conseguir una sonrisa, una mirada coqueta que sea inspiración que llene de luz todo mi día.
El miedo en tu voz, el mirarte y no poder resistir con deseos de matarte con besos y cariños tiernos. Abre tus ojos, es la realidad… toda la magia ha terminado, sólo quedamos tú y yo con todo aquello que somos incapaces de prometer, de ofrecer ante esta pobre realidad.
Las más hermosas palabras que escuché, siguen dando vueltas en mi corazón confundiendo la razón de seguir aquí, es cruel y tierno al mismo tiempo jugar con lo que nos queda estremeciendo ambos corazones, perdiendo la piedad, siendo egoístas y olvidando que esa frase no es más que la introducción a la cruel verdad que nos viene opacando la fantasía.
Nos tenemos uno al otro, estamos juntos en la misma pesadilla que no me deja despertar sin una lágrima al suspirar, extrañando, pensando qué pasará con lo que más amo en el mundo, sintiendo que ya no reconocerías el sabor de mis labios por causa de huellas ajenas que matan poco a poco los recuerdos.
El futuro aún se ve lejano para mí, y está tan cerca con todas mis viejas ilusiones que piden a gritos mirar al cielo lleno de todas esas estrellas que no te niegan ese rayito de luz; pero yo sólo miro hacia donde te encuentras, aún no llego a la etapa de ver todas las oportunidades que perdí por la espera.
Pasos lentos, miedo y locura complementan esta historia.