A continuación un poema para paliar los estragos de tu ansiedad amorosa.
Desesperada paciencia
Es verdaderamente falso que tus ausencias presentes y tus presencias ausentes son lo mismo. El primero sería sinónimo de mi recuerdo y el segundo de tu indiferencia.
He fracasado con éxito al tratar de encontrarle una explicación lógica a esto. Y lo he hecho adrede.
Tu silencio me ensordece, sos la imagen soñada que desborda mis insomnios. Acá estoy, llena del vacío que creaste entre nosotros, escondida a plena vista y esperando que me encuentres mientras te busco esperándome.
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La sutileza de los momentos no consumados a pesar de las expectativas, el deseo minúsculo como un latido o el pulso del tiempo. Lo que queda se compone de preguntas trascendentales.
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