El oeste de mi cama sigue intacto,
ni las almohadas lo han invadido.
Yo sigo durmiendo en la orilla del Este,
de Norte a Sur sigue faltando la altura de tu cuerpo.
Uso coordenadas para buscarte,
a falta de tu voz estoy perdido
y sólo localizo tu silencio.
Perdí el nombre con el que llamo tu cuerpo a mi lado,
se desprendió de las papilas de mi lengua.
Estoy cansado de dar vueltas al árbol,
buscándolo bajo las hojas que cayeron de su copa,
pero sigo avanzando sobre mis laceradas rótulas y palmas de mis manos.