Triste pagana con flores en el regazo.
Aunado al silencio reina su desbocada calma,
quiso cortar las estrellas con sus manos,
adentrarse en la espesura de un cielo inagotable.
.
Hallarse.
.
Seguía la llamarada del aullido, uno kilométricamente imposible,
la suerte perpendicular,
trazos que auguran un destino familiar,
vertientes que no logran vislumbrar su causal.
.
Sabia es la verdad que la engendró.
.
El verla y no saberla,
piel de mucho encanto,
una travesía que se desenvuelve entre poros,
la línea de su vida.
.
.
.
Espera,
centinela de obsidiana con palmas agrietadas,
espera,
el colapso de nuestras palabras,
espera,
y pronto se descubrirá la mañana.
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Además de sus vibrantes letras, Luciana Villegas vive a través de un juego de imagines que nos comparte a través de su cuenta de Instagram, puedes conocer más de su trabajo aquí.