Es común que los escritores se enfrenten a varios desafíos al narrar un cuento, muchas veces tienen a los personajes indicados, ubicados en un lugar que han descrito detalladamente una y otra vez e incluso la trama resulta llamativa ante cualquier persona a quien le han contado su idea, pero a pesar de ello, al leerlo hace falta algo que impide que fluya con naturalidad entre sus letras. Una razón probable para que esto ocurra es que necesitan mejorar su técnica para escribir buenos diálogos y darle el impacto necesario a cada expresión del personaje.
No es sencillo ser un buen narrador y asumir el papel de un ser ficticio para hablar por él y callar sus secretos esperando el momento indicado para revelarlos. Para que un personaje cobre vida hay que darle un vocabulario que se reconozca como propio, que no sea el autor quien hable, sino que cada personaje tenga características que lo distingan. El escritor debe entonces trasladarse a épocas distintas, adoptar cualquier género, edad e intereses, apropiarse de situaciones y aventuras que sólo conoce a través de la imaginación, darle sentido a esas experiencias y, desde ahí, contar su historia para hacerlo tan creíble que le haga dudar incluso si realmente es él quien lo está guiando.
Si te ha pasado que has reescrito un cuento una y otra vez sin lograr que las palabras del personaje logren transmitirte algo, te compartimos estos consejos que te ayudarán a mejorar tus guiones notablemente:
Construye diálogos impredecibles
¿Cuántas veces te ha pasado que después de una conversación se te ocurren las mejores respuestas que pudiste haber dado? En ese momento piensas que no había mejor oportunidad para decirlo como la que acabas de perder, pero en las consecuencias instantáneas de la vida real no es posible borrar y escribir una nueva oración.
Sin embargo, al escribir una historia sí tienes la oportunidad de pensar cómo reaccionar ante las situaciones que enfrenta el personaje en su cotidianidad, detenerte a imaginar todos los escenarios posibles y arriesgarte a ser audaz. Recuerda que tú puedes mover los hilos del destino que le espera a tus protagonistas.
Así que al escribir un guión no caigas en lugares comunes, esfuérzate por sorprender al lector o al espectador con frases fuertes y de gran impacto que nadie hubiera esperado. En este punto puede funcionarte investigar acerca del tema del que estás escribiendo para no caer en los clichés ni repetir lo que otros ya han dicho. No olvides que las frases se vuelven inolvidables sólo cuando se alejan de lo común, convirtiéndose en palabras decisivas que conservamos en la memoria.
Menos es más: simplifica tu lenguaje
-Pero ¿qué pasará con nosotros?
-Siempre tendremos París.
En uno de los filmes más memorables del cine, Casablanca, la separación entre dos amantes se convirtió en un diálogo digno de recordar porque no hubo una discusión como muchos habríamos sospechado, no la abrazó mientras decía que era lo mejor separarse, nada de melodrama exacerbado. Sólo tres palabras que resumen aquella certeza de que nadie puede arrebatarles lo que sintieron porque fue real y, aunque no estén juntos, permanecerán esos recuerdos para aferrarse a ellos y continuar viviendo. Tres palabras que lo dicen todo.
Este punto se relaciona directamente con el anterior, pues en dos palabras pueden esconderse mensajes más poderosos y trascendentes que en toda una oración redundante y confusa si se acompaña con la intención y el momento indicado. Sobre todo recuerda que alguien más va a leer el texto que estás redactando, ya sea un actor o un lector, así que no uses términos que pocas personas puedan entender.
Los personajes no dicen lo que quieren decir
Crear un personaje resulta complejo porque no sólo hay que dotarlo de cierta apariencia y rasgos que lo definan, hay que construir una personalidad completa en torno a ellos para que el lector pueda distinguir cuando su carácter es persuasivo, manipulador e incluso cuando mienten.
Todas estas circunstancias se revelan al leer entre líneas y un buen cuento le brinda al lector la oportunidad de hacerlo, de indagar hasta descubrir sorpresas entre diálogos.
Los diálogos no definen a los personajes, sólo los delatan
Como explicamos en el punto anterior, un personaje es un universo complejo pero no por eso hay que tener en mente todo el tiempo que sus palabras deben expresar todo lo que son. Es un error común pensar que en cada palabra debe ser evidente la esencia del personaje.
Cuando hablamos con una persona tardamos muchas conversaciones hasta conocer a quien se esconde detrás de las apariencias y lo que se permite expresar a través de lo que dice. Es imposible que en pocas letras se manifieste todo lo que esconde un personaje; sin embargo, los diálogos son guiños, ligeros vistazos para conocerle, encariñarnos u odiarlos. Para ello puedes recurrir a muletillas o estilos, pero no caigas en el exceso.
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