El siguiente poema de Fernanda Bribiesca presenta uno de los cuestionamientos más dolorosos del desamor: ¿cómo nos recuerda esa persona que decidió ya no estar en nuestra vida?
¿TE ACUERDAS DE MÍ?
¿Te acuerdas de mí?
Sigo siendo la misma de siempre,
sólo que con menos panza y más ilusión.
El cabello un poco más corto
y una tos de cigarro que me despierta en las noches.
Sigo viviendo en el mismo lugar, calle Amores piso 6
y en esta misma ciudad.
Sigo teniendo el mismo lunar
en el sitio donde tú ya conoces.
Voy al mismo café y a la misma librería,
y en el deseo de encontrarte se me gasta la vida.
Te extraño a rabiar,
al extremo de que no he vuelto a usar tu chamarra
para no herir el recuerdo que se anida en mi soledad.
Soy la misma de ayer aunque ya no respondo como antes;
me tendrías que ver.
Yo sí me acuerdo de ti.
Sobre todo cuando es otro abril
y el cielo se nubla hablando de ti.
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Escribir y leer poesía es una forma de sanar el alma. Si quieres leer más poemas de amor y desamor, te invitamos a que conozcas a los autores de los poemas para los que se resisten a superar las decepciones y los poemas para los que no quieren olvidar.