¿Qué es el amor? La pregunta ha sido repetida tanto tiempo que incluso es inevitable responder con aquel One Hit Wonder de los noventas “What is Love”. Algunos lo tratan de resolver con palabras, como la mayoría de los artistas o de las personas en general; otros con sonidos –que parecen lograr un acercamiento más contundente–, y unos más con matemáticas. No es raro encontrar distintas ecuaciones que afirman definir el amor sin explicarlo en realidad, pues sólo es una fórmula que hace un análisis de los procesos, no de lo que implica.
En la cinta británica “X+Y”, el protagonista es un joven llamado Nathan, un genio matemático que a la vez tiene un autismo que le impide conectar con las personas, incluida su madre. Cuando se da cuenta de que las matemáticas no le aportarán una felicidad genuina, trata de entender el amor y esa conexión humana. Naturalmente, a través de los números. Crea su propia ecuación pero su frustración aumenta cuando se da cuenta de que es imposible exponerlo de esa forma.
Si establecemos el tema desde un punto de vista científico, entonces el amor, así como la relatividad, bien podría no ser algo tangible o comprobable, mas es una teoría sustentada en observaciones y análisis que podrían demostrar su veracidad. Para ese sentimiento no existen mediciones, pero mirarlo nos permite imaginar teorías sobre lo que es y sobre cómo funciona.
Distintos escritores, algunos de los más reconocidos, desarrollaron sus propios pensamientos sobre el amor, y aunque ellos mismos supieran que es inexplicable, intentaron expresar lo que significa. En las siguientes lineas se revelarán esas ideas que quizá nos ayuden a entender un poco ese sentimiento que parece omnipresente.
Alain Badiou
“Proveído no es concebido solamente como un intercambio de favores mutuos, o no es calculado por adelantado como una inversión con ganancias. El amor es una confianza única posicionada en el azar. Nos lleva por áreas clave de la experiencia de lo que es la diferencia y, esencialmente, nos lleva a la idea de que puedes experimentar el mundo desde la perspectiva de la diferencia”.
“El amor… es una búsqueda por la verdad… verdad con relación a algo bastante preciso: ¿qué tipo de mundo ve una persona cuando lo experimenta desde el punto de vista de dos y no de uno? ¿Cómo es el mundo cuando es experimentado, desarrollado y vivido desde el punto de vista de la diferencia y no de la identidad. Eso es lo que creo que es el amor”.
“No deberíamos subestimar el poder que el amor posee para cortar diagonalmente a través de las más poderosas oposiciones y separaciones radicales. El encuentro entre dos diferencias es un evento, es contingente, y desconcertante… En la base de este evento, el amor puede empezar y florecer. Ése es el primero y absoluto punto esencial. Esta sorpresa desata un proceso que es básicamente una experiencia de llegar a conocer el mundo. El amor no es sobre dos personas encontrándose y su relación donde miran hacia adentro: es una construcción, una vida que está siendo hecha, ya no desde la perspectiva de Uno, sino desde la perspectiva de Dos”.
“El amor no puede ser reducido al primer encuentro porque es una construcción. El enigma de pensar sobre el amor es la duración del tiempo necesario que se necesita para que florezca. De hecho, no es el éxtasis de esos comienzos lo que resalta. Lo último es claramente extático, pero el amor es sobre todo una construcción de lo que dura. Podríamos decir que el amor es una aventura tenaz. El lado aventurero es necesario, pero de igual manera la necesidad por lo tenaz. Rendirse a la primera pelea, al primer desacuerdo serio, la primera riña es sólo distorsionar el amor. El amor verdadero es aquél que triunfa de forma duradera, a veces con dolor, sobre los obstáculos que crecen con el tiempo, espacio y el mundo”.
“La felicidad en el amor es la prueba de que el tiempo puede acomodar la eternidad. Y tú también puedes encontrar pruebas… en el placer que dan las obras de arte y la alegría casi sobrenatural que se experimenta cuando finalmente logras adentrarte en el significado de una teoría científica”.
Virginia Woolf
“Arnold Bennett dice que el horror del matrimonio yace en su “cotidianidad”. Toda la agudeza de una relación se borra por esto. La verdad es más como lo siguiente: la vida –digamos 4 de 7 días– se convierte en automática; pero en el quinto día, un cordón de sensaciones (entre esposa y marido) se forma de una forma más llena y sensible a causa de la costumbre inconsciente automática del resto de los días. Eso es decir que el año está marcado por momentos de gran intensidad. Los “momentos de visión” de Hardy. ¿Cómo una relación puede durar cualquier cantidad de tiempo bajo esas condiciones?”.
Alain de Botton
“En el corazón del mal humor yace una mezcla confusa de enojo intenso y un deseo igualmente intenso de no comunicar por lo que una persona está molesta. El malhumorado desesperadamente necesita que la otra persona entienda pero se mantiene comprometido a hacer nada para que se le ayude. La necesidad de explicar forma el núcleo del insulto: si la pareja requiere una explicación, él o ella claramente no es merecedor de una. Deberíamos añadir: es un privilegio ser un receptor de un mal humor; significa que la otra persona respeta y confía lo suficiente en nosotros que piensa que entenderemos su dolor tácito. Es uno de los dones más raros del amor.”
La más superficialmente irracional, inmadura, lamentable, pero común forma de todas las presunciones del amor es que la persona a la que nos hemos prometido no sólo es el centro de nuestra existencia emocional pero es también, como resultado –y de una forma rara, objetivamente loca y profundamente injusta– responsable de todo lo que nos pase, para bien o para mal. Ahí yace el peculiar y enfermizo privilegio del amor.”
“La madurez comienza con la capacidad de percibir, y a buen tiempo y sin defensivas, admitir nuestra propia locura. Si no estamos profundamente avergonzados de quienes somos, el viaje al auto-conocimiento no ha comenzado.”
Anna Dostoyevsky (Dostoyévskaya)
“‘¿Qué podría darle este viejo, enfermo, endeudado hombre a una joven viva y exuberante? ¿No el amor de ella por él involucraría un terrible sacrificio de su parte? Y después, ¿no ella se arrepentiría amargamente por unir su vida con la de él? Y en general, ¿sería posible que una jovencita tan diferente en edad y personalidad se enamorara de mi artista? ¿No sería eso psicológicamente falso? De eso quería pedirte tu opinión, Anna Grigoryevna… ¿Pero no sería imposible? De que, como tú dices, si tu Anya no sea meramente un coqueteo vacío y tuviera un amable corazón responsivo, ¿por qué no se podría enamorar de tu artista? ¿Qué tal que él es pobre y enfermo? ¿Dónde está el sacrificio por parte de ella? ¡Si ella realmente lo ama estará feliz también y nunca tendrá que arrepentirse de nada!’
Hablé con algo de candidez. Fyodor Mikhailovich me miró con emoción “¿y realmente crees que ella podría amarlo genuinamente y por el resto de su vida?” Él calló en silencio, como si dudara. “Ponte en su lugar por un momento”, dijo con una voz temblorosa. “Imagina que este artista –soy yo; que te he confesado mi amor y te pedí que fueras mi esposa, ¿qué responderías?”
Su cara reveló tanta vergüenza, tanto tormento interno, que entendí finalmente que esta no era una conversación sobre literatura; que si le daba una respuesta evasiva significaría un golpe de muerte a su autoestima y su orgullo. Miré a su rostro problemático, que se convirtió en tan dulce para mí y dije, “Respondería que te amo y te amaría toda la vida”.
No trataré de juntar las palabras llenas de ternura y amor que él me dijo entonces; son tan sagradas para mí. Estaba paralizado, casi aplastado por la inmensidad de mi felicidad y por un largo tiempo no pude creerlo.”
Ese último texto es de la esposa de Fyodor Dostoievski y cuenta cómo mediante su comunicación sobre la literatura revelaron más de ellos mismos. Anna representa la ansiedad particular del escritor ruso y nos muestra un lado quizá desconocido de su esposo. Las definiciones de los cuatro autores que se compilaron en este texto no sólo tratan de definir al amor, sino que se basan en las deficiencias que encontramos constantemente para hablar sobre la hermosa naturaleza de aquel sentimiento. Si algo podríamos resumir de todos los textos es que no es el respiro inicial el que define al amor, sino la forma en que se esquivan los obstáculos que se encuentran en el camino. Jamás sabremos qué es el amor con precisión, pero si nos rendimos a la primera discusión tendremos menos probabilidades de saberlo.