Tú mereces un corazón que te quiera
tal y como eres, uno que no dude
de sí mismo, ni que dude de ti.
Que salte los precipicios para llegar
hasta donde te encuentras,
pero no por ello le permitas caer.
Tú mereces un corazón
con coraje suficiente
y la inspiración del poeta
por una musa que no muere.
Tú mereces alguien que renuncie
a todo tormento para hacerte recorrer
cada puente de aurora en el firmamento.
No te conformes con cariños a medias
ni con palabras escalera
que te prometen subir Saturno
pero nunca en hechos se concretan,
te mereces caricias en el alma
que vibre tanto tu conciencia
como el suave melocotón de tus piernas.
No te olvides que eres perfecta,
mereces que se atrevan y te sorprendan
y mereces un corazón que te quiera.
***
Quetzal Noah