Estoy harta de los patanes. Cada vez que miro en mi historial romántico, encuentro nuevos chicos que se van anexado. Entre su necesidad de atención y mi soledad, mi lista se va nutriendo del tipo de hombres que me enseñaron a rechazar desde niña. Mi mamá siempre decía que un patán tenía la necesidad de sobresalir haciendo sentir mal a las mujeres puesto que no tenía talento o habilidad alguna que pudiera destacar de su persona.
No obstante, hay varios tipos de patanes que derivan en la molestia, la incomodidad y el rechazo por parte de las chicas con las que intentan poner en práctica sus “habilidades”. Por más que trato de evitarlos, ellos aparecen en mi vida y no los culpo, nuestro imaginario está lleno de ellos; aparecen en el cine, en la música y en la literatura, destacando ésta última.
Al parecer, hay una tendencia en la que los protagonistas o antagonistas de muchas obras literarias son patanes. Ellos le ponen picardía y humor negro a muchas de ellas pero también le agregan cinismo y coraje al libro. Cada uno es más patán que otro o menos cínico también. Clasificarlos podría resultar complicado, por ello es mejor medir su nivel de patanería en un semáforo.
–
ROJO
Alerta. Aquí encontrarás patanes cínicos, groseros y molestos. Desafortunadamente, algunos suelen ser carismáticos, pero eso no les resta puntos al hecho de su patanería.
–
“Arráncame la vida” (1986)
Ángeles Mastretta
Catalina Guzmán vive entre el amor y la pasión de un hombre mayor, Andrés y el verdadero amor que le brindaba un joven de su edad, Carlos. Andrés maltrata psicológicamente a Catalina jactándose de ser el típico macho mexicano: hace menos a su mujer, es grosero, machista, mujeriego e incómodo. Catalina debe decidir quién es el amor de su vida, si él, a quien le tiene gran devoción desde niña, o Carlos, quien es todo lo contrario.
–
“Arabella” (1949)
Georgette Heyer
La bella y enigmática Arabella está decidida a casarse con un hombre que le cumpla todos y cada uno de sus deseos, que sea capaz de agrandar su fortuna y demostrarle su amor en cualquier situación. Entonces, conoce a un hombre guapo, millonario y muy exitoso que queda prendado de sus encantos, lo que hace mostrarle su cara más arrogante, haciéndola ver su suerte.
–
“Grandes esperanzas” (1861)
Charles Dickens
Pip, un niño desamparado, es llevado a una casa para entretener a una señora de sociedad, en donde conoce a Estella, una joven de la que se enamora profundamente. Al no recibir la atención esperada, se vuelve un patán con otra chica que lo ama locamente. Ella le es fiel, mientras que él simplemente la ignora y la trata mal, esperando que algún día, Stella le corresponda.
–
AMARILLO
Aquí se encuentra un tipo de patanes que podrían tener solución. Aunque sus acciones superan por mucho las actitudes “normales” que un chico podría tener en el noviazgo. Sin embargo, podrá ser un poco más digerible su comportamiento.
–
“Eugenia Grandet” (1833)
Honoré de Balzac
La heroína de ésta novela es asediada por dos chicos, hijos de familias acaudaladas. Sin embargo, ella permanece fiel su verdadero amor, su primo Charles quien se mantenía fiel a sus principios y modales. Ella en señal de rebeldía se entrega a él sin importar lo que diga su padre. El amor que siente por el es tan inmenso que luego de un viaje que Charles realiza a las Indias en el que conoce a una mujer fea pero adinerada con la que planea pasar el resto de su vida avariciosamente, Eugenia se sigue manteniendo leal al amor de su vida.
–
“Pantaleón y las visitadoras” (1973)
Mario Vargas Llosa
Las visitadoras alude a un grupo de prostitutas que están al servicio del ejército. Pantaleón es un hombre educado, fiel a su esposa y a sus valores. No obstante, cuando en una provincia cercana requieren de personas que ayuden como una especie de servicio social, Pantaleón acude obligado por su superior, pero se lleva una sorpresa cuando lo asignan como el encargado de llevar a las visitadoras a ese pueblo escaso de mujeres. Él comienza a ser persuadido por los placeres y excesos al grado de convertirse en el patán por excelencia: sin escrúpulos, mujeriego y cínico.
–
“Al Sur de la Frontera, al Eje del Sur” (1992)
Haruki Murakami
Hajime tiene una mejor amiga llamada Shimamoto con quien comparte todas las aventuras desde niños. Ambos eran hijos únicos por lo que evaden su soledad. Ignoran a los otros niños ya que tienen una conexión especial que consiste en apoyarse, hacerse compañía y vivir cerca uno del otro. Cuando crecen pierden contacto hasta que ambos, con sus vidas hechas, se encuentran y él está dispuesto a dejar todo por ella sin importar el amor que le tiene a su esposa y la vida de sus hijas.
–
VERDE
No hay que alarmarse, pero sí hay que prestar cuidado. La mayoría de este sector es persuadido por otros, pero no dejan de serlo. Finalmente caen en la patanería, aunque sea más bien falsa y regresen a sus vidas convencionales o entiendan la lección poco a poco.
–
“La Bailarina” (1890)
Mori Ōgai
La novela corta de Ōgai gira en torno al deber y al honor en materia de amor y pasión. Un joven japonés de nombre Toyotaro Ota viaja a Alemania en donde conoce a una joven bailarina de la que se enamora perdidamente. Sin embargo, la moral en aquel país es completamente diferente a la nipona. Por lo que se le hace fácil ser como los hombres alemanes. Con aventuras amorosas por doquier y sin la preocupación del qué dirán, aunque él no está del todo satisfecho.
–
“Ciudades Desiertas” (1982)
José Agustín
El sello de José Agustín es imposible de evadir. La comedia y el humor negro que maneja se ve en la forma en que el protagonista de esta novela se envuelve en las redes de Susana quien juega a tener dos amores. Ambos se enteran y cada quien a su manera le cobran comportándose como verdaderos patanes. La tratan mal, juegan con ella, la humillan y sin embargo, ella sigue con ellos gracias al placer que le da sentirse deseada por los dos. Ellos no se sienten bien consigo mismos haciéndola sufrir; sin embargo, a Eligio el verdadero novio, no le parece lo mejor.
–
“Cumbres Borrascosas” (1847) Emily Brontë
Luego de ser traicionado por Catalina, Heathcliff se va únicamente para tomar mucha más fuerza y vengarse de ella. Él le tiene un profundo amor que va mucho más allá de su decepción, pero a la vez, siente un profundo coraje por haberlo traicionado. Él se comporta patán, pero siempre piensa en lo que ha hecho mal.
–
Cabe señalar que no hay que generalizar. La literatura ofrece muchas opciones en las que los patanes son inexistentes, pero los ejemplos que dimos anteriormente, son únicamente para demostrar que los patanes siempre aparecen de una u otra manera, hay que saber esquivarlos y tratarlos, pero sobretodo, hay que ayudarlos a entender a la mujeres y a entenderse a ellos mismos, entonces, probablemente, dejen de existir.
**
Si también tienes tendencia a encontrarte con patanes en tu vida, deberías leer estos nueve libros para entender porqué son un patrón. Tal vez tengas ese complejo que hace que sigas sólo patanes. Aprende a evitarlo.
*
Referencia
Libros y Literatura