Somos la prueba de que el amor verdadero sobrevive cualquier distancia

Las relaciones a distancia tal vez son la prueba más grande que puede atravesar el amor. El deseo de sentir al otro en nuestros brazos aunque sea por un segundo nos consume, y de pronto ya no somos más que la añoranza de algo que no podemos tocar, pero que sentimos profundamente. Pero no todo

Somos la prueba de que el amor verdadero sobrevive cualquier distancia

Las relaciones a distancia tal vez son la prueba más grande que puede atravesar el amor. El deseo de sentir al otro en nuestros brazos aunque sea por un segundo nos consume, y de pronto ya no somos más que la añoranza de algo que no podemos tocar, pero que sentimos profundamente. Pero no todo está perdido, el siguiente cuento de Henry Nadales es la prueba de que el verdadero amor no es vencido por los kilómetros.

Tet7poxurrgs5n564s3jrtg23m - somos la prueba de que el amor verdadero sobrevive cualquier distancia

UN RELATO EN LA DISTANCIA

¿El posible que el amor camine cuando divaga sobre esa cuerda tensada, entre la distancia y la crisis? ¿Es posible superar todas las barreras que quiebran el alma y te hacen repensar el sentimiento más profundo que se puede alcanzar en vida? Mi historia es así, la de ella, la de los dos.

Todo empezó el día domingo 21 de mayo, siendo las 7:11 pm en el horario de Venezuela. Para ella existía una hora menos. La noche transcurría con esa sensación terrible, sabes de qué se trata; esa sensación de rutina, apatía y cansancio, aunque ni siquiera te hayas movido. Me levantaba y no sabía ni me importaba el día ni la hora: todos los días tienen el mismo semblante, ese sabor que se repite hasta el cansancio, hasta cansarme de tenerlo en la boca sin poder escupirlo. Sólo pasaba mis horas deseando que fuese tarde, para ya no tener que pensar en cómo demonios llenar ese tiempo repleto de nada, y así, sólo dormir

para ya no pensar.

Las redes sociales francamente siempre me han parecido una basura, de los pocos que me gustaban en ese abismo de miseria era Miguel Ramírez, un chico con buen humor cuyos directos de Instagram disfrutaba, en ellos él hacía cualquier cosa quizá tratando también de llenar ese espacio inerte y desquiciado plagado de nulidad. Obviamente había un montón de preguntas tontas, pero que curiosamente alimentaba esa carencia que tenía de hacer algo. En alguna ocasión, cuando ya estaba hastiado de todo, vi un pequeño comentario con un “¿te gusta Zoé?”.

Y para mí no existió jamás un gancho tan perfecto, sólo tres palabras que no recibieron respuesta pero que a mí me llevaron a un lugar de plena conexión. Zoé es mi banda favorita desde hace mucho tiempo, y aunque este personaje no había respondido a esa pequeña duda, fui yo quien la rescató. No había ninguna casualidad más simple y clara para iniciar un viaje que jamás hubiese advertido con nadie antes. Navegando rápidamente por el buscador encontré su usuario, sin muchas fotografías que me pudiesen lanzar algo que me sacara un poco de la incertidumbre. Pero sin más miramientos empecé a escribir un par de líneas azotadas por el cansancio que sólo querían decir que sí, que me encantaba Zoé y que ese amor me había hecho aventurarme a aprender a tocar guitarra.

Por supuesto que no esperaba ninguna respuesta, pero maravillosamente estaba equivocado. No sabía que de mi corazón pudiese empezar a brotar el deseo de esperar algo, de aguantar unos segundos pegado al móvil quizás a la espera de algo que ni remotamente podría imaginar, en los que creí haber perdido la sensibilidad. Después de unos años duros, expuesto a un país con condiciones de vida difíciles, sólo esperaba algo que me animara más allá de todo lo que ya me cansaba. Quería de una buena vez dejar de ser torturado por la idea de no querer buscar algo, de no tener justamente nada y de creer que esa terrorífica verdad jamás cambiaría.

Les digo realmente que algo extraño me hizo esperar algo que desconocía. Tomó un par de horas recibir la que se ha convertido en la más pura y bella respuesta, como si ya nos conociéramos de antes; la belleza y soltura de sus dedos no dudaron en enviar un par de mensajes difusos. Desde México pudo llegar tal amor. Y así, sin siquiera tener que forzar algo, todo fluyó. El intercambio de números telefónicos surgió simple y sin miramientos. De hecho, cuando me detengo a pensar creo que aún en este punto ambos estamos sorprendidos y hasta alarmados porque hemos tenido un cariño muy rápido y confiamos con facilidad en el otro. Tal vez estamos un poco asustados de lo que pueda pasar pronto, muy pronto; incluso puede que ya nos esté pasando.

Poco a poco, los detalles y el apoyo que sentíamos el uno con el otro se convirtieron en una explícita aventura en la cual sólo la sinceridad hablaba, esa dulzura que me hacía sucumbir ante el miedo. Charlamos, no sentíamos oídos, llenos de la atención por la que la garganta tanto grita en la almohada. El contacto limitado hizo que nuestra comunicación se expandiera paulatinamente. Me sentía enamorado de ese vientre de ideas, maravillado al poder entrar a un mundo pequeño lleno de amor, perdido en sueños sin haberlos tocado. Sé que aunque no pueda tomar ahora su mano, puedo sentir mi pecho arder en felicidad.

No saben lo precioso que es poder sentir la compañía moral de ella, la mirada firme del tiempo que algún día dirá si todos nuestros esfuerzos valieron la pena. Me da tristeza la gente que no comprende, que no siente, que no vive y se expande ante la idea de poder maravillarse en este desgastado mundo que proporciona matices de alegría, aunque el infierno arda frente a ti. Me da dolor la gente que no se hunde en los abismos del alma. Es difícil para mí describir algo que es realmente inefable, no puedo entender cómo la puedo querer tanto. Apenas si sé qué tanto ha vivido en su pasado, pero puedo llegar sentir su presente y futuro. Al fin dejo de estar atascado en reversa, con ella no hago otra cosa que

avanzar.

Entiendo que al principio se haya sentido un poco rara, incómoda o asustada, pero sin tenerla entre mis brazos sé que mi calor pudo llegar a ese pequeño trazo de belleza, como estar juntos sin habernos pedido. Todo lo que siento, lo que siente, los recuerdos que ahora siguen divagando en nuestro pecho y dando vueltas en la cabeza son los que nos hacen entender que juntos quizá podamos llegar a la anhelada felicidad. Lo que está pasando entre ella y yo no le pasa a todo el mundo. Hay gente que gasta su mente en perseguir lo que sabe que no disfruta, gente que pasa sus días evadiendo la tristeza. Y aunque no podemos tocar nuestros cuerpos por ahora, puedo sentirme orgulloso. ¿Qué importa si la crisis económica que atraviesa mi país y mi corta edad no me permiten salir de aquí y poder sentir sus labios? Mi amor por ella llena mi alma y eso es más de lo que había buscado.

Ella pudo salvarme de los demás, pero sobre todo de mí mismo, de esa apatía de estar vivo y de no querer encontrar algún motivo para avanzar ante tanto dolor. Me salvó de no seguir mis malos pensamientos, de ser la misma historia triste de siempre, de no querer levantarme y de no ser mejor que ayer. Y para aquellos que duden de la magnitud de lo que brota en nuestros pechos, haciéndolo llamar “mentira”, sólo deben saber que la verdad no es sólo la mentira que quieres oír, es la realidad que construyes para vivir dentro de ella, y entonces ya no es mentira.

Aunque no tengo mucho que ofrecerle, le doy mis noches en vela, le doy mi voz vencida, le doy los insomnios y sueños inacabados. Aquí y allá somos distintos y somos lo mismo, una pieza expandida de amor que se arropa entre los 30 mil kilómetros que nos separan y suelen hundirnos en la pena. Ya no hay nada que se nos pueda escapar en esas enormes conversaciones. Todas esas risas, todas las veces que dijimos que nos queríamos, esas canciones que compartimos para tratar de entender cómo nos sentíamos, aquella vez que nos contamos secretos para probar que no hay nada que no podamos decirnos. Y finalmente la distancia, eso que la gente cree que tarde o temprano acaba por separar, fue lo que nos acercó. Ella adivina cuando me siento mal, no pienso más en tonterías y no hago otra cosa que ser feliz con lo poco que tengo. A veces quiero ser un poco más razonable y hacer que ella no se sienta mal si algo no llega a funcionar. Si algún día nos rendimos o no nos esforzamos más, estaría aún feliz de que ella simplemente haya existido, y jamás podría olvidarla. Porque yo, sin esperar nada a cambio, la sé amar.

En esas horas de desvelo no hago más que añorarla, y agradezco a cada pequeño detalle que me condujo a ella. Estas palabras son para ambos, para todos los que sienten que el dolor es la mayor realidad de la humanidad, y que desconocen la belleza de un sentimiento tan puramente simple y complejo. Esto es para todos los que en algún momento dejamos de creer.

Qnqztnqhobcyjly7bqqyewu4ya - somos la prueba de que el amor verdadero sobrevive cualquier distancia

**

Escribir y leer poesía es una forma de sanar el alma. Si quieres leer más poemas de amor y desamor, te invitamos a que conozcas a los autores de los poemas para los que se resisten a superar las decepciones y los poemas para los que no quieren olvidar.

hombre de sombrero y varias personas gritando de emoción

Carin León ‘revivió’ al Divo de Juárez y nuestro gusto ‘culposo’ por la banda

Carin León puso a bailar y cantar bien fuerte a todos en el Vive Latino 2023
Nayeli Parraga
personas con micrófonos e instrumentos de música

Vive Latino 2023, entre nostalgia, regresos épicos y mucho rock

El Vive Latino reunió a muchas bandas que nos remontaron a tiempos memorables
Nayeli Parraga

Las nuevas generaciones aprenden sobre sexualidad en Internet y debemos hablar de eso

La sexualidad no es algo que se adquiere, sino que todas y todos nacemos con ella. Por eso es tan importante hablar al respecto.
gabriela.castillo@culturacolectiva.com

4 formas de “revivir” tu vida sexual y tener una noche loca con tu pareja

Quizá deseas encender nuevamente la flama en tu relación larga o quieres explorar nuevos horizontes de placer con tu pareja. Llegaste al lugar indicado.
gabriela.castillo@culturacolectiva.com

Vive Latino 2023, una muestra más de que el talento femenino sigue siendo ignorado en festivales

Menos del 35 por ciento de los talentos son mujeres y es un problema del que debemos hablar.
Kate Nateras

Experiencias inolvidables para tus invitados

Si quieres atreverte a explorar cosas nuevas, esta es una gran idea.
Elizabeth Santana