El cuento del flautista de Hamelín es un clásico de la infancia y de la literatura. Este oscuro relato popular europeo aborda desde una perspectiva muy perversa sentimientos humanos como la ingratitud y la venganza. Esta historia es uno de los muchos cuentos folclóricos registrados por los hermanos Grimm, y ha aparecido en los escritos de Robert Browning y Johann Wolfgang von Goethe y otras referencias de la cultura popular.
El flautista de Hamelín
Se dice que hace cientos de años hubo un grave problema de plaga de ratas en Hamelín, un próspero puerto en el río Weser en Baja Sajonia, Alemania. Todos los días llegaban barcazas llenas de maíz y trigo que se molía en los molinos y se convertía en pan y pasteles en las panaderías. Pero, una plaga de ratas se comió todo el maíz, el trigo y el pan, y llenó de pulgas por todas partes. La vida en Hamelín se convirtió en una pesadilla. Desesperado por una solución, el alcalde de la ciudad anunció un premio de mil florines de oro a cualquiera que pudiera liberar a Hamelín de las ratas.
Foto: Medium
Al día siguiente, un hombre misterioso vestido de una manera muy particularmente colorida llegó a la ciudad. Afirmó ser un cazador de ratas y prometió deshacerse de todos los roedores de Hamelín por la suma prometida. El hombre sacó una pequeña flauta de su bolsillo y comenzó a tocar una melodía. Y mientras la gente del pueblo miraba con asombro, miles de ratas salieron corriendo de las casas, las alcantarillas, los almacenes y las panaderías y comenzaron a seguir al flautista quien llevó a las ratas hipnotizadas fuera de la ciudad y hacia el río Weser, donde saltaron una por una al agua y se ahogaron. Cuando el flautista regresó a la plaza del pueblo para recoger su premio, el alcalde se rió y le dio sólo cincuenta florines. Enfurecido, el flautista salió de la ciudad, pero antes de juró venganza.
Unos días después, mientras los adultos estaban en la iglesia, el flautista regresó vestido diferente y comenzó a tocar otra melodía. Esta vez no fueron las ratas ni los ratones, sino los niños del pueblo los que llegaron corriendo hacia él. Todos los niños lo siguieron a la montaña donde desaparecieron. Sólo un cojo que no podía seguir lo suficientemente rápido, un sordo que no podía oír y un niño ciego se quedaron atrás.
Foto: Panorama del henaresDurante mucho tiempo, esta leyenda fue un cuento popular que se mantuvo vivo generación tras generación de residentes de Hamelín hasta que el cuento fue popularizado por la adaptación de los hermanos Grimm. Actualmente es difícil pensar que el cuento es mucho más que ficción, hay evidencias que sugieren que sucedió un evento muy parecido en la ciudad alemana en 1284.
Cuál es la verdadera historia tras el flautista de Hamelín
Supuestamente, alrededor de 1384 existía una vidriera en la iglesia de Hamelín que mostraba a un grupo de niños y a un hombre. En el cristal había una inscripción que decía: «En el día de Juan y Pablo, 130 niños en Hamelín fueron al Calvario y fueron llevados a través de todo tipo de peligro a la montaña Koppen y se perdieron». Curiosamente, esta inscripción no menciona nada sobre un flautista. Se han encontrado relatos de la ventana, pero esta parece haber sido destruida en 1660.
En 1603, la ciudad erigió la fachada de lo que ahora se conoce como la “casa del Flautista”. En la fachada, hay una inscripción similar a la que supuestamente estaba grabada en la ventana, pero esta sí menciona explícitamente a un flautista. En lo que se conoce como el Manuscrito de Lüneburg, que fue escrito más de un siglo después de que se construyó la ventana, un monje llamado Heinrich de Herferd escribió que un hombre de 30 años llegó al pueblo tocando una flauta y sacó a los niños.
Foto: ItinariLa sugerencia de que las ratas tenían algo que ver con la tragedia llegó hasta más tarde. Las infestaciones de ratas fueron un gran problema alrededor del siglo XIII y el cazador de ratas era una profesión común.
Teorías de Hamelín
A partir de estos relatos, algunas teorías sugieren que la gente del pueblo de Hamelín, y en particular los niños, probablemente se vieron afectados por un evento horrible en el siglo XIII. Una de las ideas más comunes sobre lo sucedido fue que los infantes del pueblo padecían alguna epidemia. Los historiadores sugieren que si ocurriera una epidemia generalizada, la gente del pueblo habría enterrado a los niños en una gran fosa común, que la historia describe como el lugar de su desaparición.
Debido a que las ratas aparecen en la historia, los estudiosos creen que podría haber sido una enfermedad que se propagó por los roedores, como la peste bubónica. Algunos incluso sugieren que una versión temprana de la peste negra los infectó. Otra teoría establece que los niños que bailan en la historia pueden haber estado exhibiendo síntomas similares a los de la enfermedad de Huntington.
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Algunos expertos relacionan la pérdida de los niños de Hamelín con otro triste acontecimiento de la historia medieval: la Cruzada de los Niños. Durante la Cruzada de los Niños, hasta 30 mil niños siguieron voluntariamente a un líder que afirmaba tener visiones de Jesús, en un viaje que se suponía que los llevaría a Tierra Santa en el Medio Oriente. El niño fanático les dijo que tendrían éxito en convertir a los musulmanes al cristianismo con su inocencia. Los niños nunca llegaron a Tierra Santa. Más de dos tercios murieron en el viaje y otros fueron vendidos como esclavos. Podría ser que los jóvenes de Hamelín siguieran voluntariamente al fanático hacia Tierra Santa, excepto que las fechas no corresponden. La Cruzada de los Niños ocurrió en 1212, más de setenta años antes del incidente de Hamelín. También podría ser que los relatos del incidente en Hamelín se hayan exagerado con el tiempo. Hoy, esa historia sirve como advertencia sobre cómo cumplir promesas y pagar sus deudas.
Actualmente la ciudad de Hamelín mantiene información sobre la leyenda del flautista de Hamelín en su sitio web, y durante los meses de verano los actores interpretan la historia en la plaza del pueblo. El camino por el que supuestamente pasaban los niños al salir se llama Bungelosenstrasse, o “calle sin tambores”. Según un artículo publicado en el Fortean Times, es contra la ley tocar música o bailar en esa calle hasta el día de hoy.
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