Fátima Virgen Galicia formula una pregunta con tintes existenciales y prefigura un texto poético como un llamado hacia la esencia de las experiencias y lo vital. Disfrútalo a continuación.
¿Qué tanto hay que vivir?
Vive hasta que se te marque la vida, que se vea en tus huesos, que se note en tus labios y que se sienta en tu piel.
Vive tanto que se te marque el alma, que tus manos tengan mil calles y mil paradas, que todo lo recorrido lo lleves sobre tu espalda.
Vive, que no te dé pena reír fortísimo, gritar cada mañana o llorar algunos días que haga falta; que los días de sol, la sombra sea tu mejor pareja de baile y en la noche tu mejor acompañante.
Forma figuras que quieras con las nubes, ve el sol fijamente, aunque después nada puedas ver claro, procura respirar fuerte y no huir de la lluvia de vez en cuando, saluda a los desconocidos y que te vean sonreír al recordar viejos tiempos.
Olvida el suéter en casa y camina con quien hace brillar tu mirada, anda y vive; vive fuerte y disfruta despacio; sueña todo eso que quieras soñar, siéntete artista y pinta por todos lados, tírate al pasto e imagina todo eso que has anhelado.
Ten el cabello más desarreglado por el viento y nunca llegues a tiempo, que no te importe quedarte un poco más porque comienza tu canción favorita, aunque ya vayas tarde, qué va, que cuando realmente se vive, nunca vamos tarde.
Pues vive y vive de veras.
Vive tanto que el corazón, por muy gastado, te insista en amar; que el paso, por más perdido, te insista en continuar y el tiempo, por más acelerado, todo te pida calmar.
Vive como si de todo pudieras tomar una foto, como si todo pudieras recordar, como si nada fueras a perder, vive como si siempre fueras a vivir.
Vive como si no estuvieran diciéndote cómo hacerlo.
Pero vive.
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Las imágenes que acompañan el texto pertenecen a la fotógrafa Lucette Romy.
Puedes apreciar más de su trabajo acá.
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La poesía no te hace mejor persona ni te salva en lo absoluto, pero con toda seguridad es el vehículo para indagar con propiedad en emociones y sentimientos como el desamor y la tristeza.