El siguiente poema te invitará a perder el miedo de volver a entregar el corazón, continúa leyendo…
Está bien, imaginemos que no te has enamorado, que no te han roto el corazón.
¿Cambiarías algo en tu historia? Probablemente sí. Como todos.
No está mal.
¿Dejarías de saberte frágil? No, todos lo saben. Tú lo sabes. Lloras con las noticias por la mañana. Eres sensible, te rompes, te caes, lloras.
No está mal.
Nadie te juzgará, y quien lo haga seguramente es porque está tan quebrado que necesita que los demás miren a otro lado para no toparse con sus grietas. Que tampoco están mal. Saber portarlas, eso es lo que vale.
Entonces, dime, no te han lastimado, esta es la primera vez que sientes que un hueco te traga por completo cuando miras su sonrisa dibujarse.
(Imaginemos que es así)
Cuando su mano se posa entre tu cabello,
o su mirada se queda en ti, que estás viajando en tu mundo,
o cuando te cuenta algo que sólo tú entiendes del pasado que han vivido juntos…
No te han roto el corazón antes, recuérdalo… tal vez esta persona lo haga,
te destroce,
te queme,
te disuelva y te quite, poco a poco, cada una de las costras.
Y dolerá, y te estrujarás sobre el piso
y querrás volver atrás y decir no,
y querrás haberte ido de su casa esa noche.
No, desearás no haber ido a su casa esa noche, en principio.
Querrás volver al pasado y no haber preguntado su nombre
(pero aquel día está muy lejos)
Querrás ignorar su voz, sus mensajes, sus miradas, y desearás no haber ido aquel jueves
por un café, sobre esa banca; pensarás que lo mejor hubiera sido no besarlo ni tomar su mano.
No compartirle tu historia ni escuchar sobre sus seis hermanos, no contarle sobre tu amiga que murió o tomar su mano cuando mencionó que le hacía falta su padre.
Desearás, una y otra vez, haber dicho no.
“No, porque ya me han roto el corazón…”
Pero ahora estás entero,
ahora estás a un paso de seguir a salvo,
sabiendo que lo único que quieres es decir sí.
**
Arriesgarse y perder el miedo son pasos difíciles, sabemos que los corazones rotos se curan, pero imaginarnos en esa situación nos inspira miedo, aunque habría que pensarlo, tal vez valga la pena.
**
Las imágenes que acompañan el texto pertenecen al fotógrafo Jared Tyler, conoce más sobre su trabajo en su cuenta oficial.