En medio de la epidemia de casos de intento de secuestro a bordo de taxis que circulan sobre la Ciudad de México, cada día surgen nuevos modus operandi de los plagiadores, quienes recurren a mentiras, estafas y a sus redes de cómplices para tener cada vez más víctimas.
Los casos más comunes que se han reportado en las últimas semana suelen suceder a bordo de taxis o de vehículos de plataformas que brindan servicios de transporte como Uber. Sin embargo, el relato hecho en redes sociales por un abogado apunta a una nueva modalidad: el secuestro exprés a bordo de taxis “ejecutivos”.
El abogado litigante Gerardo Carrasco, Director de Litigio Estratégico de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) narró en su cuenta de Twitter cómo sucedió el secuestro exprés del que fue víctima el pasado fin de semana, cuando aceptó el servicio de un taxi al salir de cenar tacos en un restaurante de Polanco.
(Foto: Twitter)
Cronología de los hechos
El pasado 20 de julio, el abogado se encontraba en Avenida Presidente Masaryk, Polanco, alrededor de las 5 de la mañana, terminando de cenar tacos junto con un amigo suyo de la maestría. Todo comenzó con una decisión “muy estúpida”,pues perdió la paciencia al esperar a su conductor de Uber.
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Entonces, “un tipo amigable y bien vestido (35-40 años)” se les acercó y les pregunto a dónde iban, pues él cobraba “más barato que el Uber”. Por la prisa de llegar a su departamento, Gerardo y su amigo accedieron a subirse al taxi, que el hombre le había dicho era “ejecutivo”.
Abordamos un Passat negro y comenzó la pesadilla. A unas cuantas cuadras, en la esquina de Masaryk y la lateral del periférico, abren las puertas al mismo tiempo 3 tipos vestidos de negro, nos encañonan con pistola y empiezan los gritos, golpes y amenazas. Mientras me golpeaban con el puño y cortaban cartucho en mi cabeza, pedían que agacháramos la mirada sino ‘nos quebraban’. Jamás le dieron instrucciones al conductor, lo cual reflejaba complicidad, por lo que asumo que es parte de la misma banda.
Los plagiadores los pasearon por las calles que se encuentran detrás de Avenida de las Palmas, mientras que iban “sacando tarjeta por tarjeta” y pidiéndoles cada uno de los códigos y NIP correspondientes a cada uno. Eso mismo hicieron con el celular y las claves para acceder a las aplicaciones bancarias.
Imagen Ilustrativa (Foto: El Comercio)
Quien iba en el asiento del copiloto anotaba todo. La violencia física y verbal no disminuyó, por más que coperábamos. Terminamos en periférico rumbo al norte, alcanzaba a ver poco por la ventana. Juré que una vez sacándonos toda la información nos iban a matar y aventar a algún lugar fuera de la CDMX.
El secuestro exprés duró alrededor de media hora y, “gracias a Dios”, no terminaron aventando ni a Gerardo ni a su amigo en alguna calle en la Colonia Alce Blanco, en Naucalpan. Después de unas cuadras, alguien les prestó 20 pesos y un celular y así fue como pudieron pedirle a alguien que fuera por ellos.
Sé que lo que viví es cosa de niños a comparación de lo que han sufrido miles de familias en la Ciudad de México. Sin embargo, lo mío pudo haber terminado en tragedia. La boca aún me sabe a metal de la pistola de estos hijos de puta.
Como bien apunta Carrasco, “nos tomamos a la ligera testimonios ajenos hasta que las cosas nos suceden a nosotros”. Por ello, hoy más que nunca es de suma importancia compartir los testimonios, crear grupos en redes sociales y Whatsapp con familiares y amigos para darles aviso de nuestro paradero en todo momento, especialmente cuando pensemos que estamos en situaciones de especial vulnerabilidad o peligro.
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Imagen Ilustrativa (Foto: Twitter)
Además, lanza una advertencia que es vigente para todas las personas que seguimos confiando en la seguridad de nuestra ciudad (ya sea de noche o de día): Tratar experimentar en cabeza ajena, pues la Ciudad de México, hoy en día, “no ofrece condiciones para salir de noche, ya no. Sobre todo, en Polanco, Palmas, Roma, Zona Rosa, Condesa”.
Hasta el momento, Carrasco apunta que está dispuesto a denunciar a pesar de “no creer” en la Fiscalía, pero ya que el derecho penal permite que la víctima haga su propia investigación y la aporte a la carpeta, él hará lo que le toca” para frenar a estos tipos y evitar que cobren más víctimas”.
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