Fer tiene quince años y no, nunca ha visto campeón a Cruz Azul. Tras terminar la final, me envió un mensaje bastante conmovedor: “es que es algo más grande que nosotros; ya no sé si es una maldición o un mal partido o algo, pero ya es algo inexplicable”. Algo similar pasaba con Daniel. Después del gol de Édson Álvarez, sabían que todo estaba perdido para su equipo.
“Ya bailó Bertha, Lau”, escribió Danny por WhatsApp. “No entiendo por qué siempre pasa lo mismo, neta no lo entiendo. ¡Qué horror, estoy llorando de impotencia”, escribió mientras, desde algún lugar en Culiacán, Sinaloa, veía el juego a través de la televisión, con la confianza perdida pues en esta final contra América, las cosas no fueron diferentes a las últimas finales disputadas por la Máquina.
Y es que, de verdad, Cruz Azul, no mereces la afición que tienes. Una de las más leales en el futbol mexicano, de las más tranquilas -sí, sé que ayer hubo altercados, pero no son recurrentes en la porra azul-, de las más fieles, tu afición, volvió a sufrir de tu inexplicable desdén, ese que les aplicas cuando ya estás a nada de conseguir ese título que desde el 97 les vienes prometiendo. Basta ya. No los mereces. Punto.
Los rostros de la afición de Cruz Azul eran los mismos de cada final. (Foto: Mexsport)
Prometes y prometes…
No hay peor cosa que, las promesas que alguien te hace, nunca las cumpla. En cada aficionado al Cruz Azul, veo, por ejemplo, la cara de decepción de un niño cuando, luego de haberle prometido varias cosas y no cumplírselas, dicen resignados “tú nada más me prometes y no me cumples nada. Ya no te creo”.
El nivel de decepción que se puede tener en el mundo del futbol es alto, no hay que subestimarlo. Quizá pensarás tú, Billy, que se les pasará pronto, que a punta de billetazos podrás traer incluso a un Cristiano Ronaldo para convencer a los seguidores de ese equipo al que presides, que este año será el bueno, que esta temporada sí traerán el título a casa.
La afición te exige y parece que justo al momento de las solicitudes que tienen para ti y tus jugadores, desde 1997, se ponen tapones para los oídos, de esos que usamos cuando no queremos que algo dañe nuestro sistema auditivo. Los seguidores a Cruz Azul, como ciudadanos inconformes con sus gobiernos, piden que cumplan lo que prometen y si no pueden hacerlo, entonces den un paso al costado para que llegue alguien que tenga una mentalidad distinta y que vaya más allá de creer que esto es una maldición que se termina con una limpia.
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A pesar de las desilusiones, la afición a Cruz Azul no abandona al equipo. (Foto: Récord)
¿Hay explicación para lo que Cruz Azul hace con sus seguidores?
Para mí, no. Cuando me preguntan cuál es la razón por la que tengo tanta animadversión deportiva a Cruz Azul es justo por lo que pasó ayer, justo por lo que pasó en el 2013, justo por lo que viene pasando desde 1997 cuando, después de ese garrafal error de Comizzo, Carlos Hermosillo les dio, vía penal, el último título en la historia de la Máquina.
No hay explicación. Es lo real. Me parece totalmente lamentable e irritante que los aficionados a Cruz Azul se vean fotografiados para entender la magnitud de esta crisis que el equipo lleva a cuestas, pues quienes debieran ser exhibidos son los jugadores y la directiva celeste.
Sin duda, el fastidio es una de las características de la afición cruzazulina. (Foto: Mexsport)
Divertida dejó de ser la carrilla en contra de los azules, pues ya es bastante ridículo que tu equipo, a las primeras de cambio, después de hacerlo bien durante la fase regular, se muera de nada, se muera por falta de ganas, se muera por falta de huevos, se muera porque no tienen el mismo corazón que todos esos seguidores que hoy, por su culpa, son burla nacional. No son dignos de ti, Cruz Azul y sería bueno que pensaras en que la mejor forma de retribuirlos.
Dice uno de los tuyos, de esos que son optimistas y objetivos, de esos que te van a ver al estadio cada quince días, que “en Cruz Azul hay buenos cimientos, volvimos a los primeros planos y el futuro pinta bien”. Piensa cómo volver a prometer, sin que otra vez les vuelvas a romper el corazón. Piensa cómo hacerle para volverte digno de tu afición, Cruz Azul, porque aunque no lo reconozcan abiertamente, muchos de ellos se están cansando.
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