Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero en el caso del Estado de México, todos los drenajes llevan a Valle de Bravo. El pueblo, uno de los más visitados durante los fines de semana por jóvenes mexiquenses, atraviesa una crisis de contaminación.
El incremento de desarrollos inmobiliarios en la zona y la mala gestión de las aguas residuales que llegan hasta ahí están haciendo del lago de Valle de Bravo, que abastece de agua potable a la Ciudad de México y a los municipios del Estado de México uno fétido, lleno de plástico y de aguas negras.
(Foto: La Jornada)
Problemas para la salud
De acuerdo con el documento llamado “Monitoreo hídrico permanente para la recuperación sustentable de la calidad y cantidad de agua en el embalse de Valle de Bravo”, hecho por un grupo de la UNAM, se detectó presencia abundante de colonias flotantes de fitoplancton en el agua, lo que indica presencia de microrganismos potencialmente tóxicos, que pueden afectar la piel, generando dermatitis, enfermedades gastrointestinales e irritación de mucosas nasales y oculares.
Acumulación de densas “masas” de fitoplancton y restos de lirio en descomposición (característico de la temporada) y con fuerte olor a excremento […] Lo anterior indica elevadas concentraciones de materia orgánica y elementos, principalmente Nitrógeno (N) y Fósforo (P), debidas al vertimiento de aguas no tratadas o insuficientemente tratadas directamente al lago, provenientes, principalmente, de las zonas habitacionales que no cuentan con servicio de drenaje o de fosas sépticas que infiltran al subsuelo aguas contaminadas.
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Además, la UNAM advierte que es urgente continuar con el monitoreo y diagnóstico de la presa, pues esto permitirá emitir alertas oportunas y confiables para la realización de actividades acuáticas.
(Foto: UNAM)
Nadie hace nada
El “lago”, donde los turistas y residentes practican deportes acuáticos y pasean en lancha, en en realidad una presa artificial llamada “Presa Miguel Alemán”. Es ese cuerpo de agua es el atractivo principal de Valle de Bravo, pero ahora amenaza también con convertirse en el principal foco rojo debido a la proliferación de casas, hoteles y fraccionamientos, que “hacen descargas y no todas estas están monitoreadas”, explica para Aristegui Noticias el abogado de la oficina regional en Valle de Bravo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Juan Carlos Lara.
Esto sucede porque a pesar de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha construido plantas de tratamiento para sanear las aguas negras, y que están a cargo de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), dejaron de funcionar, tal como lo explica Noé Rocha, líder de Guardianes del Valle de Bravo.
Desafortunadamente no hay un trabajo de operación y mantenimiento de las plantas tratadoras, tampoco de los cárcamos.
(Foto: EdoMex Informa)
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Y aunque trabajadores de la CAEM acudieron a rehabilitar la planta, dos meses después, esta todavía no está en pleno funcionamiento. Esto sucede a pesar de que la ley municipal y federal establece que las autoridades están encargadas de regular las descargas de aguas residuales, ninguna de las instituciones se ha hecho responsable, sino que se culpan unas a las otras.
La planta como tal todavía no está funcionando. Llegaron, pintaron, habilitaron algunas cuestiones, es decir, circularon y colocaron unas bases para poder contener la obra que ya existía pues había el riesgo de derrumbe (…) como muros de contención pero hasta ahí nada más (…) está pendiente todavía.
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