En su estricta definición, un antimonumento es una obra artística situada en el ámbito urbano, como resultado de las condiciones físicas e históricas de ese lugar, y lleva consigo una crítica que anime a la reflexión. El ejemplo más claro de un antimonumento en la Ciudad de México es el de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Reforma, pero ahora también tendremos el de la matanza de 1968 en el zócalo de la capital.
Uno de los antimonumentos más visitados en la CDMX es el de los 43 normalistas de Ayotzinapa. (Foto: Milenio)
No olvido, no perdono…
Con motivo del 50 aniversario de la matanza de 1968, un grupo de ciudadanos decidió colocar un antimonumento en la plancha del Zócalo. Con palas y picos en mano, usaron sus fuerzas para excavar un hoyo para el cimiento y colocaron cemento sobre una de las jardineras de la Plaza de la Constitución.
Frente a Palacio Nacional, ahora se observa una paloma blanca en un círculo roji-blanco apoyado en un pedestal. Este es el cuarto anti-monumento colocado en la Ciudad de México, un signo de la violenta era que vivimos.
El antimonumento en el zócalo capitalino busca recordar la lucha por la que perdieron la vida inocentes. (Foto: Reforma)
¿Por qué otro antimonumento?
En entrevista para el diario Reforma, el escultor Enrique Reynoso aseguró que la iniciativa se impulsó a través de Change.org y el antimonumento se suma al de los 43 normalistas, el de la guardería ABC, y el que se colocó frente a la Bolsa Mexicana de Valores en exigencia de justicia por la muerte de mineros en Pasta de Conchos.
Reynoso comentó que se decidió colocar frente al Zócalo y no en Tlatelolco, pues de aquí —dijo— salió la instrucción de masacrar estudiantes.
De aquí surgió la orden de que se hiciera la matanza. Es un recordatorio de un infame acto. Es el recordatorio al Gobierno de que tiene una responsabilidad que no ha cumplido con castigar a los culpables. Seguimos esperando justicia.
Ciudadanos decidieron poner la escultura en honor de los estudiantes asesinados. (Foto: Milenio)
Reynoso pidió a los mexicanos y Gobierno que este nuevo antimonumento no sea retirado, ni vandalizado.
Los que hemos puesto han quedado ahí, no se han atrevido a quitarlos y esperamos que con éste suceda lo mismo. Mucha gente hace lo posible para que esto se materializara. Seguiremos esperando porque este País verdaderamente se democratice y porque en este País exista justicia para todos.
Claro que la idea es que este tipo de recordatorios no estuvieran presentes en nuestro país, pero al ritmo que llevamos de violencia, que no le extrañe a nadie que México se convierta por si solo en un antimonumento muy pronto.
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