En medio de una oleada de violencia en la Ciudad de México, retratada por las redes sociales, en la capital pareciera haber una división aún más marcada entre autoridades y civiles. Sólo en los últimos meses se han incrementado las agresiones a policías y personal encargado de brindar seguridad y justicia.
(Foto: Milenio)
Lesiones por arma punzocortante o de fuego, episodios de amenazas e incluso situaciones de intimidación se han vuelto cada vez más frecuentes entre los encargados de cuidar nuestra seguridad.
Un ejemplo de esa violencia se dio el pasado 31 de enero cuando un elemento de la Policía de Investigación (PDI) de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local fue baleado mientras trabajaba en la alcaldía de Iztapalapa. En el cruce de las calles Piña y Guanábana, en la colonia San Juan Xalapa, el agente fue recibido a tiros cuando participaba en la detención de una persona acusada de homicidio.
Otro caso se dio el pasado 21 de enero cuando otro policía fue herido con un cuchillo en el cuello cuando intentó frustrar un asalto en una tienda de conveniencia, ubicada en la zona de Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo.
También el 11 de enero, un intercambio de balazos se dio en el cruce de las avenidas Río Churubusco y Coyoacán, entre escoltas de la fiscal de Nezahualcóyotl, María Esther Nolasco, y un asaltante que presuntamente intentó robar al chofer de la camioneta. Durante la agresión, uno de los guardaespaldas resultó herido y por ello fue trasladado a un hospital; mientras que el implicado logró escapar.
(Foto: Gobierno de la CDMX)
Antes de eso, la noche del 3 de enero, cerca de la intersección de las avenidas Río Churubusco y Canal de Apatlaco, otro agente de la SSC que viajaba en compañía de otra persona, fueron asesinados a tiros al interior de un automóvil particular. En el sitio fueron hallados más de 30 casquillos repercutidos; no hubo detenidos.
La descomposición social y las autoridades
Sobre las agresiones en contra de autoridades, Reporte Indigo consultó a José Antonio Álvarez León, doctor en Derecho y Política Criminal por la UNAM. El experto asegura que la violencia suele aparecer cuando se tiene una descomposición en el cuerpo policial, derivado en ocasiones por vínculos con el crimen organizado; o bien, cuando la estructura es sometida a un cambio drástico y llegan a presentarse ‘obstáculos internos’ para ciertos mandos.
La ciudadanía puede oponerse a la autoridad a través de insultos, desconocimiento o faltas de atención, pero cuando surgen agresiones directas para eliminar o atentar contra la vida del personal de seguridad, no se puede hablar de una respuesta por parte del ciudadano de a pie, sino más bien una descomposición interna o externa que genera estos episodios violentos.
(Foto: Proceso)
Antonio Álvarez León señaló a Reporte Indigo que esta clase de hechos podrían estar emparentados con las acciones emprendidas por el gobierno local y federal, para intentar acabar con la corrupción y la inseguridad.
De no contenerse esta clase de agresiones y ataques en contra de uniformados, la situación podría agravarse y derivar en una escalada a superiores niveles como pueden ser altos rangos del cuerpo de policía, de la Procuraduría local o incluso de la jefatura de Gobierno.
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