¿Votaste?, seguro lo hiciste, ¿no? Nadie se quería perder estas elecciones, queríamos ser parte de la historia, queríamos sacar al PRI de los Pinos y de los congresos federal y locales. Y sí, hay que aceptarlo, queríamos también algo distinto y por ello, muchos de nosotros votamos por Andrés Manuel López Obrador y por los representantes de Morena.
¿Y qué creen?, ganamos. Unos muuuuy convencidos, otros no tanto pero más del 53 por ciento de quienes fuimos a las urnas tachamos nuestra boleta por AMLO&Friends. Peeeeero, siempre hay un pero en estas historias, ¿les dimos nuestro voto ciegamente? Por lo menos yo, no.
AMLO logró ganar las elecciones con el 53% de los votos (Foto: El País)
En efecto, tengo muchas esperanzas de que las cosas cambien y que este gobierno mejore nuestra situación de violencia, inseguridad y corrupción, pero de ahí a confiar ciegamente y no señalar cuando creo que la están cagando, hay mucha diferencia.
Y ni modo, si las redes sociales me devoran pues que así sea, la historia me ha enseñado que nadie en la clase política puede ser tan pulcro, decente e imparcial; pues en primera son humanos y se equivocan y en segunda, porque tienen intereses personales y grupales.
Así que bueno, en esas estábamos cuando esta semana se instalaron en sus oficinas y curules nuestros nuevos diputados y senadores. Ahí estaban los rostros de siempre: Martí Bartes, Porfirio Muñoz Ledo, Miguel Ángel Osorio Chong, Gerardo Fernández Noroña, y muchos más.
¿Cambiaron los rostros, pero no las formas? (Foto: Sin Embargo)
Que si se abrazaban para la foto, que si peleaban por la oficina más grande, que si ahorita todos somos compas y estamos aquí por México y los mexicanos, etcétera. La fiesta se vio opacada porque uno de los primeros temas a discutir en el senado era la solicitud de licencia de Manuel Velasco, quien hasta hace poco era gobernador en Chiapas y salía en las revistas de sociales presumiendo al bebé que había tenido con la cantante y actriz Anahí.
Las palmas se las llevaron en la mañana cuando la mayoría votó por negarle la licencia ya que los legisladores de Chiapas habían hecho una triquiñuela en la Constitución del estado para que el güero Velasco pudiera volver a ser gobernador unas semanas y luego regresar campante al senado -aunque va en contra de la constitución mexicana-.
Lamentablemente, el gusto nos duró poco ya que por la tarde pidieron que se repusiera la votación y, casualmente, ahora ganó el sí. Es decir, el esposo de Anahí podía volver a ser gobernador gracias a 82 legisladores de Morena, PRI, PRD, Verde y Movimiento Ciudadano.
Velasco se salió con la suya en la primera decisión dela Senado con mayoría de Morena (Foto: Proceso)
Todo esto ya era muy raro y triste lo que creíamos un triunfo de la “cuarta trasformación” se había convertido en más de lo mismo, peeero la historia no acaba aquí, horas más tarde, cinco diputados del Partido Verde (al cual pertenece Velasco) anunciaban que dejaban su partido para sumarse a la bancada de Morena, con lo que también casualmente, éste partido lograba quedarse con la Junta de Coordinación Política por los tres años de la legislatura; la presidencia de la Mesa directiva y el comité de administración por el primer año. Es decir, diría Molotov, darle más poder al poder.
Ese día, el martes 4 de septiembre, puse un par de tuits criticando los movimientos de Morena, el Verde y Velasco y hubo quien me contestó que así era la política, que así se armaban las alianzas, que así iba a tener más control AMLO y la verdad me parece decepcionante. Yo esperaba que las cosas fueran distintas o por lo menos que no se descararan el primer día como legisladores; en serio ¿tenemos una clase política tan impresentable?, de verdad ¿es lo que nos merecemos?
Yo creo que no, y que siempre es necesario señalar los desaciertos, errores o cagaderos de quienes nos gobiernan porque nosotros los elegimos, nosotros les pagamos, nosotros decidimos si esta despreciable forma de hacer política debe cambiar. Entonces pues, por lo menos desde acá seguirán escuchando cuestionamientos a todos y todas sin importar el color de su partido.
Por Ixchel Cisneros Soltero
*Las columnas de opinión de CC News reflejan sólo el punto de vista del autor.