Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco nadie mencionó el infierno que podría ser. Hambre, cansancio, humillaciones, golpes, frío, narcotráfico y hasta xenofobia fue lo que miles de migrantes centroamericanos tuvieron que pasar antes de tomar la dura decisión de regresar a sus países ante el abandono de México y la dureza estadounidense.
El camino ha sido difícil y aún falta mucho para la mayoría de los migrantes. (Foto: Pedro Pardo /AFP)
Con ollas de comida los migrantes entran y salen de la Casa del Peregrino ubicada en la Ciudad de México, a sólo una calle de la Basílica de Guadalupe. Los puestos ambulantes que venden imágenes de la emblemática Virgen María, cubren a decenas de migrantes, quienes ya han perdido la esperanza de llegar a Estados Unidos.
¿Te imaginas vivir en la calle, lejos de casa, con frío y hambre sin un rumbo fijo? (Foto: Pedro Pardo/AFP)
Adiós al sueño americano
Oriunda de El Salvador, Maritza del Carmen Méndez contó a Notimex como ha dejado de contar los días para lograr “el sueño americano”, y dice estar dispuesta a ser deportada a su país de origen, al menos hasta que “las aguas se calmen”.
He perdido la cuenta de cuántos días llevo caminando, creó que salimos el 31 (octubre) de allá y pues creó que llevamos 24 días aproximadamente. La mayoría piensa establecerse aquí y ver si pueden sacar papeles para la visa humanitaria, eso dicen, yo ya no quiero, se está poniendo muy feo, no quiero que me maten si entro por la frontera a Estados Unidos, me voy a regresar, ya luego veré.
Dicen que “el hambre es canija”, pero mas “el que se la aguanta”. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
Si acaso había una esperanza, migrantes como Maritza supieron la noticia de que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha dado la orden de usar la fuerza letal a los migrantes que intenten entrar ilegalmente a Estados Unidos. Como a ella, cientos de migrantes viven ya su sueño con miedo, pero no sólo de Trump, también del narcotrafico y muchos mexicanos que han formado grupos contra migrantes.
Yo ya quiero que me deporten, voy a firmar mi deportación, yo me regreso a mi país, con tantas cosas que están pasando créame que a mí me da miedo, prefiero regresarme y ya cuando las aguas hayan bajado, lo intento. Mi familia que está en Estados Unidos me ha prometido que me va a mandar traer con coyote para que no me arriesgué en la frontera, así es mejor.
El camino ha sido sumamente cruel, no queda de otra que resistir. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
La deportación parece, entonces, ser la mejor opción. Maritza cuenta a Notimex que ella y varios de sus compatriotas están esperando que se forme un grupo suficiente para que se inicie el trámite de deportación; algunos migrantes decidieron no esperar y ya iniciaron su retorno, algo que se espera ver con mayor frecuencia en los próximos días.
Estamos esperando a que se arme un buen grupo para la deportación porque ayer también se fue un buen grupo de regreso para El Salvador, y ya después lo volveré a intentar ya más tranquilo, vengo yo sola y aquí me he apoyado nada más con un señor que es el esposo de una prima mía, pero igual él también ya se va a regresar.
Nadie sabe qué va a pasar, EUA cerró su frontera y México no es opción. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
México, una autentica pesadilla
Maritza cuenta que en México encontró un auténtico cuento de terror no sólo por la falta de empleo, vivió extorsiones, xenofobia y falta de oportunidades para salir adelante. Cuenta que por el momento, prefiere eso, quedarse en México, dice, no sería cumplir con lo que había soñado, para ella todo se volvió pesadilla.
Me fui porque una parte han sido extorsiones y porque pues cuesta mucho encontrar trabajo, y si uno haya trabajo las pandillas están a la orden del día, es muy difícil allá, yo trabajaba en una fábrica que pagaba muy poco y además le ponen renta a uno, ya no hay vida.
Entre extorsiones y maltrato, migrantes se ven orillados a regresar a su cruel realidad. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
¿Canadá es una opción?
A diferencia de Maritza, Ernesto cuenta a Notimex que él esperará en la CDMX la respuesta del gobierno canadiense, el cual podría otorgar ayuda humanitaria para estos migrantes.
Nosotros vamos a estar aquí, a ver que logramos y a ver si Canadá nos ayuda, vamos a quedarnos aquí porque a los que se fueron ahora solo Dios los acompaña, se fueron a ver que logran, ya no hay nada cierto a partir de aquí.
Estados Unidos ha cerrado su frontera, por lo que la opción podría ser ir mas a arriba, a Canadá. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
Ernesto relata que él también viene de El Salvador, sus píes, según dice, ya están rotos, pero reconoce que el gobierno y pueblo mexicano les ha brindado apoyo de toda índole.
Aquí la verdad pues sí nos han apoyado con todo, la comida, con transporte, con muchas cosas. La verdad es que sí hemos sido muy apoyados tanto por la gente del gobierno como por los mexicanos, son nuestros hermanos y así se han portado, de verdad gracias por todo.
No todos los mexicanos son malos, no todos odian. (Foto: Pedro Pardo / AFP)
Sí bien es cierto que los diferentes grupos de migrantes se integran por ciudadanos de El Salvador, Guatemala y Honduras, hay diferencias, señala, “no todos hacemos lo mismo, nosotros venimos en paz, pero hay algunos, sobre todo de Honduras que han buscado problemas”.
El problema es que pues algunos vienen echando desmadre, robando y haciendo cosas que no deben, por eso es que también la gente se ha puesto rebelde aquí en México, porque pues los otros compañeros que andan haciendo cosas que son contra la ley y pues está mal, la gente está enojada, y vienen haciendo sus desmadres por todo el camino, nosotros nos alejamos de ellos.
México es un país de migrantes, no un país con xenofobia. (Foto: Pedro Pardo/AFP)
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