Este sábado cientos de familias mexicanas, separadas por las políticas migratorias de Donald Trump, se reunieron brevemente en la frontera de Ciudad Juárez con El Paso en Texas, Estados Unidos.
Varias historias se unieron en un sólido abrazo de cinco minutos como tiempo límite, en un evento llamado Hugs Not Walls o Abrazos No Muros, organizado por el grupo Red Fronteriza por los Derechos Humanos con sede en El Paso.
Martín Giovanni eligió justamente el sábado para proponerle matrimonio a su novia, Daisy Arvizu, frente a su familia en una reunión inusual en la parte seca del Río Bravo. Ella dijo que sí.
Más de 300 familias se reunieron para darse un breve abrazo en la frontera entre Chihuahua y Texas. (Foto: FB/Sisel Lan)
Alejandra Guerrero Hernández, de Dallas, tenía nueva años sin ver a su familia, pero no pudo contener las lágrimas cuando los vio cruzar.
Erick Jiménez, de 37 años, casi cae de rodillas al ver a su madre después de 17 años. «Eres el mejor regalo, mi hijo cachetón» dijo su mamá, Ana María Zavala, mientras tocaba sus mejillas.
Estas y otras historias fueron recopiladas por el periodista Alfredo Corchado del medio Dallas Morning News, para reportar cómo un corto abrazo les quedó a deber a muchos, pero ya era ganancia.
Las autoridades permiten este evento justo en la parte seca del Río Bravo, que delimita territorialmente la frontera entre México con los Estados Unidos. (Foto: FB/ Sisel Lan)
En el evento, más de 300 familias se vistieron con camisas azules, mientras que quienes llegaron desde Juárez, México, usaron camisas blancas para asegurarse de que nadie intentara cruzar. Las reuniones son aprobadas por las agencias gubernamentales de Estados Unidos ya que los participantes permanecen en el lecho del río que marca la frontera.
Después de los discursos de los organizadores, todos se reunieron por cinco minutos para abrazarse, tener cortas y emotivas conversaciones cara a cara.
El evento es breve para evitar que los migrantes aprovechen para cruzar hacia los Estados Unidos. (Foto: Reuters)
«No cambiaría estos momentos por nada. Tenemos que disfrutarlos todo lo que podamos», dijo Marcelino Pizarro a la agencia de noticias Reuters, un inmigrante indocumentado de 36 años de edad, mientras cargaba a su nieta.
Al poco tiempo, los organizadores dijeron que se acabó el tiempo y todos se despidieron, sin saber cuándo podrían reunirse de nuevo.
Las personas de playera blanca son personas que residen en México, y los de playera azul son migrantes que viven en los Estados Unidos. (Foto: Reuters)
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