Tortura y ejecución, no había más. Así es conocida la crucifixión, esa que, según la ciencia, no tiene un origen romano si no más bien asirio. Dicen los estudiosos que este tipo de torturas incluían el empalamiento de las víctimas, insertando en ellas una lanza en el estómago para después izarlas. Sí, como si fueran banderas.
Hasta ahora, según investigaciones publicadas en el diario El País, sólo se conocía el caso de un hombre que había sufrido la crucifixión (además de Cristo), el cual fue descubierto en 1968, pero ahora, en pleno 2018, se identificó otro esqueleto que tiene, a todas luces, marcas de haber sido crucificado.
El primer crucificado fue encontrado en 1968 en Jerusalén. (Foto: Adynata)
Pero entonces, además de Cristo, ¿hubo más crucificados?
Sí. El primero fue uno conocido como Yehohanan, el cual, según la ciencia y los descubrimientos en el año 1968, murió crucificado en Jerusalén en el siglo I, dicen, más o menos en la época de Jesús. Después de 50 años, se encontró un segundo esqueleto con muestras de haber sido crucificado, de acuerdo a un artículo publicado por la revista Archaeological and Anthropological Sciences.
La historia, eso sí, es fascinante. Dice la publicación que el esqueleto pertenece a un hombre de aproximadamente 30 años, encontrado en excavaciones preventivas antes de la construcción de un gasoducto, cerca de Delta del Po, al norte de Italia. Más allá de su edad, que es lo único que se sabe de él, se hicieron hipótesis sobre sus heridas.
Dicen que puede identificarse como víctima de crucifixión porque tiene una herida en el talón parecida a la que tenía el primer esqueleto encontrado en 1968 en Jerusalén. “Puede ser el segundo caso investigado que demuestra el uso de clavos en una crucifixión. Se trataba de un castigo muy complejo y no siempre se utilizaban los clavos”, aseguró a El País una de las investigadoras del caso, Ursula Thun. “En numerosos casos, los condenados eran atados a la cruz utilizando sogas en vez de clavos, pero de esto no hay evidencias arqueológicas”, sentenció.
El segundo crucificado fue encontrado recientemente en Italia. (Foto: ProMonumenta)
Si era una práctica común, ¿por qué no hay más evidencias?
La crucifixión era más un castigo que una forma de ejecución, por lo que de acuerdo al escritor judío Flavio Joselo, hubo más de 800 víctimas de este hecho, aunque sigue siendo una incógnita que hasta el momento no haya más evidencias antropológicas sobre la crucifixión, más que estos dos esqueletos encontrados hasta el momento.
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