La presencia de cárteles del narcotráfico en México es una realidad innegable: agrupaciones como el Cártel de Guadalajara y el Cártel de Sinaloa por años han sido mencionadas en la prensa. Mientras en el norte del país los ciudadanos interactúan de manera cotidiana con el narcotráfico, en la ciudad capital por muchos años, dicha realidad parecía no afectar. Con los primeros años del nuevo milenio, el narco llegó a la Ciudad de México: no eran grupos que venían de otros estados a introducir su dominio a territorio chilango, sino agrupaciones que surgieron ahí y que hoy se pelean el control de la ciudad.
La prensa capitalina desde el 2007 se enfrentó al incremento de la violencia. Periodistas como Sandra Romandía, Antonio Nieto y David Fuentes, encontraron en la cobertura de seguridad signos de que no sólo se reportaban robos y secuestros. De acuerdo con sus investigaciones, de ese año data un informe de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, que advertía de la presencia de cárteles del narcotráfico. Derivado del anhelo de cubrir más allá de la nota del día, los tres reporteros emprendieron una larga investigación que actualmente se materializa en el libro Narco CDMX: el monstruo que nadie quiere ver.
“Narco CDMX” ya esta a la venta.
El origen del “Narco en la CDMX”
En entrevista para Cultura Colectiva News, Sandra Romandía y Antonio Nieto, comparten su obra, cómo fue el proceso de investigación, entre otras cosas.
En el libro se ubica el origen de los grupos del narcotráfico en la CDMX el 18 de mayo del 2010. Edgar Valdez Villareal, mejor conocido como La Barbie, fue el responsable del surgimiento de los cárteles en la capital. Los autores detallan que el de los Beltrán Leyva fue el cártel que más tuvo presencia operativa en la CDMX. Cuando se disuelven, tras el abatimiento de Arturo Beltrán en el 2009, La Barbie se hace independiente.
Sandra Romandía y Antonio Nieto en la redacción de La Silla Rota. Foto: Natalia Escobar.
La independencia de La Barbie costó muchos enfrentamientos con las otras fracciones del cártel. Las disputas empaparon de sangre a la Ciudad de México y el Estado de México. Los periodistas corroboraron que tras la ruptura, La Barbie se reunió con algunas familias que controlaban el narcomenudeo en Tepito y otras zonas de la CDMX. El capo quería abastecer de cocaína y metanfetaminas a la capital de país. El grupo que surgió de aquel encuentro se denominó “La Unión”, porque tenía el objetivo de juntar a varios grupos y crear un cártel, del cual el capo no iba a ser parte de manera directa, pero si iba a proveer.
Los autores de Narco CDMX, tuvieron acceso a expedientes judiciales, a relatos de funcionarios de la procuraduría local, testimonios de víctimas del narco y reconstruyeron hechos como la desaparición de jóvenes del bar Heaven. Algunas fuentes pidieron anonimato por lo delicado del tema, pero cada una fue corroborada y contrastada.
Leer más: Estos eran los lujos de un capo de La Unión de Tepito
Romandía y Nieto coinciden en que “La Unión” conformó la estructura de un cártel, y con ello la pelea por la plaza, extorsión a empresarios, levantones, ejecuciones múltiples y desaparición forzada. Pasar del narcomenudeo a ser una organización delictiva empezó a ser la realidad que por mucho tiempo negaron las autoridades de las 16 demarcaciones.
La investigación los llevó a descubrir que no son los únicos cárteles: “La Anti-Unión”, el cártel de Tláhuac y “Los Rodolfos”, también tuvieron su origen en la capital y actualmente mantienen disputas de territorio.
Aceptar lo evidente
Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, entre otras demarcaciones, por años fueron señaladas como zonas con altos índices delictivos. Sin embargo, la disputa entre cárteles por el control de la CDMX ha provocado que la inseguridad toque otras alcaldías como Coyoacán, Benito Juárez y zonas donde antes no permeaban la violencia. Sandra Romandía afirma que hasta que los grupos de la delincuencia organizada llegaron a zonas de poder adquisitivo alto o medio así como a sitios turísticos, el tema del narco en la CDMX empezó a entrar en la agenda pública. En su libro, los reporteros detallan cómo el narco ganó terreno en la capital y los motivos que permitieron que fuera posible.
Leer más: Tachas, perico y LSD: El Cártel de Tláhuac toma Ciudad Universitaria
Antonio Nieto hace énfasis en que, aunque desde el 2007 se encendió la alerta de la actuación del crimen organizado en la capital, no se hizo lo suficiente y 10 años después los colgados y decapitados empezaron a ser parte de la realidad chilanga. Dentro de sus nueve capítulos, uno de los episodios de horror que se narran es la escena de dos hombres cortados en pedazos que aparecieron en el puente de Nonoalco con la leyenda: “empezó la limpia”.
Leer más: Capturan al “Felipillo”, líder del cártel de Tláhuac
Para la prensa capitalina hoy es una realidad cubrir el narcotráfico local, pero los autores fueron la punta de lanza y los primeros en sacar un libro sobre el tema. Ambos, aseguran que en su libro los lectores no van encontrar una recopilación de notas, ni historias ya publicadas sino una serie de relatos que con un lenguaje sencillo y totalmente narrativo pondrá a los lectores en el contexto del monstruo que las autoridades no querían ver: el narcotráfico en la CDMX.
_______________________
Foto portada: Natalia Escobar
Podría interesarte:
A la vista de todos, secuestran a hijos de exoperador de los Arellano Félix
Alrededor de 30 nuevas drogas surgen en México, alerta la ONU
No pararemos hasta encontrar a Caro Quintero, dice la DEA