Con el objeto de frenar la contaminación de la zona metropolitana de Nuevo León, la Secretaría de Desarrollo Sustentable de dicha entidad busca proponer una norma para prohibir las fogatas para cocinar alimentos.
La llamada “carnita asada”, la cual une a familias frente al carbón al aire libre también fomenta a la contaminación, por lo tanto, la dependencia estatal prepara una norma ambiental para prohibir las fogatas, ya sea para preparar alimentos o para quemar llantas u otros materiales.
En el Periódico Oficial del Estado, se publicó el viernes pasado el documento que establece un plazo de 10 días hábiles para que la ciudadanía pueda expresar su opinión en una consulta.
La ciudadanía puede participar del 18 de octubre al 14 de noviembre mediante un formulario para dar su opinión, comentarios y/o propuestas.
Además, la Norma Ambiental Estatal NAE-SDS-002-2019 establece los lineamientos técnicos de operación que deberán de cumplir las personas físicas o morales que lleven a cabo todo tipo de obras de construcción, urbanización y demolición (públicas y privadas); actividades asociadas a la misma; así como las relacionadas con la operación, limpieza y/o mantenimiento, patios y espacios, públicos y privados; para prevenir y controlar la emisión de partículas contaminantes a la atmósfera.
Esta consulta surge tras diversos estudios que revelaron que la carne asada contamina tanto como un automóvil, por ejemplo, investigadores de la Universidad de Texas analizaron qué pasa durante una parrillada e hicieron un estudio llamado HOMEChem (Observaciones en Casa de la Química Microbiana y Ambiental, por sus siglas en inglés).
El estudio reveló que cuando se hace una carne asada se liberan grandes cantidades de gases tóxicos que contaminan más, incluso, que un automóvil. Dichas partículas se llaman PM2.5 y lo realmente peligroso es que pueden viajar por el flujo sanguíneo hasta instalarse en los pulmones, hígado, cerebro y corazón.
El nivel de dichas partículas subió a los 200 microgramos por metro cúbico, algo alarmante si tomamos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que lo más saludable es mantener el nivel debajo de los 10 microgramos por metro cúbico.
Además, la presencia de estos gases se prolonga por hasta una hora después de ser utilizados, por lo que nuestros órganos están expuestos a graves repercusiones.
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* Fotografía de portada: Pixabay.
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