Treinta millones de votos son muchos votos. Hace bastantes sexenios que un presidente no llega con una legitimidad electoral tan amplia y con una estela enorme de expectativas. El sábado llega el cambio.
A Enrique Peña Nieto aun le quedan algunas actividades en la agenda. Cena con los periodistas que cubrieron la fuente presidencial durante su gobierno el miércoles, un mensaje a la nación para despedirse de los mexicanos el jueves y un viaje relámpago a Buenos Aires, Argentina, el viernes, para atestiguar la firma ministerial del T-MEC.
El último viaje del avión presidencial que no tiene ni Obama y que debe aterrizar de regreso en la Ciudad de México a la medianoche del mismo viernes, justo el momento en que termina legalmente la presidencia del Gel Boy, Peña Nieto, quien estará el sábado a la 11am en la tribuna de la Cámara de Diputados, entregando la banda presidencial al nuevo Gran Tlatoani, Andrés Manuel López Obrador.
Atrás habrán quedado la escandalosa casa blanca, presunto producto de un soborno; el caso Odebrecht con muchos personajes señalados como el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya; el malhecho Paso Exprés de Cuernavaca que mató a 2 personas; el ignominioso sobrecosto del Tren Interurbano México-Toluca que de cualquier manera sigue inconcluso, y muchos otros episodios que dejan señalado al sexenio que termina como el más corrupto de la historia reciente. ¿Por qué habrán quedado atrás? Porque el nuevo presidente dice que hay que perdonar.
(Foto: @lopezobrador_ vía Twitter)
El sábado a las 11am, justo a esa hora, ese día, en ese esperado momento, dará inicio formalmente la muy prometida, multicitada y ansiada o denostada ‘cuarta transformación’. Emocionante ¿no?
El recuento del pregobierno tiene luces y sombras, encuentros y encontronazos, acuerdos y desacuerdos, además de algunos contrasentidos como el nombramiento de un asesino del antiguo sistema, Manuel Bartlett, como director de la Comisión Federal de Electricidad o el posible regreso de Elba Esther Gordillo, quien está tomándole la palabra a López Obrador para buscar de nuevo el liderazgo del Sindicato de Maestros. El sábado llega el ¿cambio?
AMLO todavía no gobierna, pero su partido y aliados ya dominan el Congreso desde hace tres meses y han ocasionado caídas estrepitosas en el mercado de valores y depreciaciones grandes del peso con sus iniciativas sobre las comisiones bancarias y las pensiones, bien intencionadas pero tan mal planteadas que ya han ocasionado pérdidas por 100 mil millones de pesos, o sea lo mismo que López Obrador prometió que se ahorraría por cambiar el nuevo aeropuerto de Texcoco a Santa Lucía.
Veamos qué pasa a partir del 1 de diciembre. ¿Causa y efecto? En varios casos, sí. Enrique Peña Nieto se va como el presidente más impopular de los pasados 30 años y por mucho. De acuerdo con el estudio de Consulta Mitofsky, Salinas terminó su sexenio con 68 por ciento de aprobación, Zedillo y Fox con 61, Calderón con 50 y Peña con apenas 21.
(Gráfica: Consulta Mitofsky)
La popularidad del presidente que se va, fue cayendo al paso de su gobierno. En diciembre de 2012, cuando comenzó, era de 54 por ciento.
(Gráfica: Consulta Mitofsky)
Según el estudio, la gente piensa que lo mejor que hizo fue impulsar la Reforma Educativa, que de cualquier manera va a desarticular su sucesor, y lo peor fue el gasolinazo.
(Gráfica: Consulta Mitofsky)
Los 30 millones 113 mil 483 votos tienen una explicación clara. Si Morena tiene 3 millones de militantes de acuerdo con su dirigente, Yeidckol Polevnsky, es evidente que una gran parte de los sufragios no fueron específicamente en favor de López Obrador sino contra un sistema percibido como corrompido y agotado.
De acuerdo con el periódico El Financiero, AMLO llega a la presidencia con el 66 por ciento de aprobación y, de acuerdo con su encuesta, las prioridades por las que despierta más expectativa son crear empleos y oportunidades, reducir la pobreza, combatir la inseguridad y la corrupción.
(Gráfica: El Financiero)
El estudio de El Universal dice que la aprobación del nuevo presidente es del 55.6 por ciento y que ha bajado 9 puntos desde agosto. De cualquier manera, las personas que piensan que va a cumplir y con ello México va a mejorar, siguen siendo mayoría.
(Gráfica: El Universal)
En esta misma columna lo comentamos el día del triunfo lopezobradorista. Aunque no se trate del candidato por el que hayamos votado, como ciudadanos tenemos la obligación de apoyarlo, vigilar que cumpla con el proyecto que nos presentó y hacer nuestra parte para que este país avance hacia dónde queremos.
La responsabilidad es compartida. ¿Listo para hacer tu parte?
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