Arturo Martínez Nateras, sobrevivió a la masacre del 2 de octubre de 1968, gracias a una reunión con la delegación olímpica de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la Ciudad de México.
Nateras fue dirigente en la Juventud Comunista de México de 1965 a 1973, y preso político en la Cárcel de Lecumberri de 1968 a 1971, debido la represión del gobierno federal contra los participantes del Movimiento Estudiantil.
La generación del 68, somos la generación de la libertad y la democracia. No se puede entender el primero de julio sin el 68. Todavía hay muchos pendientes, que López Obrador va a tener observar.
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Arturo Martínez Nateras, víctima del 68, asegura que la lucha valió la pena. (Foto: Cultura Colectiva News / Gustavo Pineda)
En entrevista para Cultura Colectiva News, Arturo recordó su proceso de politización y su relación con los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga (CNH), además de su ingreso en diciembre del 68 al penal de Lecumberri.
Nuestra generación fundó el movimiento social, político, educativo y cultural más importante de la segunda mitad del siglo XX.
Como militante comunista, Nateras planeó una huelga de hambre con todos los presos políticos del país, en la que participaban sus colegas de la organización de Juventudes Comunistas de México, pero antes sostuvieron una reunión en el tercer piso del edificio Chihuahua con los dirigentes del CNH en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Estábamos preparando con todos los presos políticos del país una huelga de hambre, y por acuerdo del Consejo Nacional de Huelga, se iba a dar el documento, entonces llegué acompañado de un grupo de camaradas, subí al tercer piso, el consejo estuvo de acuerdo que sólo estuvieran los cinco oradores.
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Recientemente Arturo entregó 5 mil documentos de su archivo privado, los cuales contienen volantes, boletines, artículos y manuscritos del movimiento del 68. (Foto: M68.mx / Archivo privado de Arturo Martínez Nateras)
Era el 2 de octubre poco antes de las 18 horas con 10 minutos, cuando Nateras observó a personas sospechosas que rondaban la reunión.
Estaba en el tercer piso del edificio Chihuahua, y vi mucha gente rara, pero nosotros en Juventud Comunista teníamos una reunión con la delegación Soviética que venían a la olimpiada, entonces al bajar comenté que había mucha gente rara.
Al salir del edificio, con destino a la reunión con los soviéticos, observó un helicóptero a la distancia.
Cuando iba saliendo, fue que empezó el helicóptero y el tiroteo, pero me salí en un taxi a Melchor Ocampo para la reunión.
Su experiencia la plasmó en el libro “El 68. Conspiración Comunista”, donde relata el temor anticomunista de la época y la división por la guerra fría, la cual fue reprimida por el gobierno mexicano con el asesinato de civiles en Tlatelolco.
En mi libro hago un relato, que dice, ‘los soviéticos me salvaron de Tlatelolco’, y sí.
A 50 años del 68, Nateras tiene un mensaje para sus compañeros que fallecieron en la plaza y con el paso del tiempo:
Yo les diría es que valió la pena, si bien el movimiento transcurrió entre el 26 de julio y el 4 de diciembre, cuando se disuelve el consejo, hoy 50 años después, prevalecen los ideales y banderas del movimiento.
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