El 26 de mayo de 1985 se disputaba un clásico capitalino, Pumas y América, en el Estadio Olímpico, de Ciudad Universitaria. A sabiendas que era un partido considerado “de alto riesgo” por el comportamiento de sus aficiones antes, durante y después del partido, las autoridades no se prepararon para controlar la multitud.
La gran cantidad de aficionados provocó una avalancha humana justo en el túnel 29 y las personas quedaron atrapadas entre una cerca y las paredes del túnel. Desde esa fecha, se montaron operativos para mejorar el ingreso y se acordó cuidar la venta de boletos.
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