Es la fecha en que no comprendemos del todo si lo que se intenta es demostrar día a día quiénes somos de manera auténtica o expresarnos con toda premeditación y mesura frente al mundo. Si todo se trata de pasar inadvertidos o de que siempre suene con bombo y platillos nuestra entrada. Si lo que somos debe guardarse, mantenerse íntimo, o estallar para el asombro de los demás. Por un lado nos bombardean con mensajes hiperestetizados que claman por una apariencia extraordinaria, imágenes que todo el tiempo nos recuerdan lo mucho que debemos esforzarnos para agradar al resto; pero del otro, nos asedian campañas opuestas diciéndonos lo hermosos que somos al interior y lo poco que deben de importarnos las demandas fashionistas, lo válido que es entonces ser la chica de bajo perfil pero satisfecha con su cuerpo.
La manera en cómo desenvolvemos nuestra personalidad en conjunto con la ropa que vestimos y la performática que ésta desarrolla, es un punto clave para entender que, a pesar de que toda la vida nos han dicho que sólo podemos ser introvertidos o extrovertidos, que nuestro carácter se polariza en estos dos espectros, en realidad brincamos de un punto a otro y lo que en verdad vale no es si tenemos un cuerpo escultural o desafiamos los cánones a cada minuto con nuestro aspecto. Lo que a los medios de difusión y las firmas de diseño les ha faltado decir es que no se trata de exponerte o esconderte, de mostrarte o avergonzarte ante el resto, pues dependiendo de la situación es que nuestro carácter cambiará, sino que eso a lo que llamamos “mujer extrovertida” en la moda es alguien que se atreve a ser diferente, pero no por eso llega a todos lados con fuegos artificiales, y que la “introvertida” puede ser cualquiera en un domingo por la mañana usando un viejo pants.
El secreto es ése. No importa si odias la caricatura que hemos hecho de la “mujer real” llena de curvas y estrías, si te aterroriza la desagradable vida de gimnasios y dietas, si eres una mujer de 1.70 de altura y 68kg que sólo quiere vestir con botas industriales y camisas de franela o una chica plus size que ama las minifaldas o los grandes escotes. La moda no se trata de ser la modelo de escaparate a cada minuto; a todos nos gusta de vez en vez estar en silencio, bajar la sonrisa, sentirnos cómodos, no llamar la atención y sólo aparecer cuando es necesario. Ser extrovertidos en este ámbito no quiere decir que debamos usar un Comme des Garçons, sino que debemos ser leales a nuestro pensar y demostrar éste con cada decisión en el guardarropa.
Dejar de ser introvertida en términos de ropa es llevar eso en lo que crees todavía más lejos de lo que alguna vez imaginaste. Es arriesgarte sin miedo. Si estás dispuesta a emprender este camino, entonces debes iniciar con estos pasos.
::
Primero, quítate la imagen de la mujer perfecta. Todos los cuerpos tienen defectos.
Siguiente, no temas mostrar tus gustos más kitsch.
A demostrar tu amor por cualquier cosa que te fascine en el estampado de tu ropa.
A sentirte cómoda además de bonita. Los looks casuales necesitan un calzado de batalla la mayoría de las veces.
No te sientas mal por no usar maquillaje, mejor hazlo con seguridad.
Tampoco temas lucir tus piernas poco tonificadas. Son tuyas y nadie las camina mejor.
Ríndele culto a tu color favorito hasta que la gente vomite del mismo tono.
Usa prendas hermosas y que antes hubieras considerado un disfraz. Basta con que a ti te fascine.
¿Qué importa si eres “muy flaca” para ese vestido que tanto amas?
¿O “demasiado voluminosa” para andar en un par de stilettos?
Piensa en todo momento que el tamaño de tus caderas es el ideal para tu vestido más formal.
Ríndele homenaje a tu mejor outfit de la primaria.
Muestra mucha piel.
O casi nada. Cuando hace frío es mejor abrigarse.
Ponte muchas cosas al mismo tiempo.
No te peines.
Usa tus prendas favoritas y no te esfuerces mucho en que luzcan de revista.
Cómprate el outfit que siempre soñaste en la adolescencia y hasta hoy puedes adquirir a la perfección.
No te llenes de complejos.
Por último, sonríe sólo cuando sea necesario.
**
Te puede interesar
21 días y 10 hábitos para convertirte en una experta en estilo y moda
Tienes 30 días para cumplir estos retos y cambiar tu look por uno mejor