Gobernada por la idea de pertenecer a una generación, a un espacio cruzado por diversos tiempos y estilos, la mujer contemporánea es capaz de aceptar cualquier prenda en su guardarropa. Lo cual ni es negativo ni significa que sea incapaz de discernir entre gustos o que su facultad de elección no exista; por el contrario, justo en este espíritu radica que su mirada se estructure paulatinamente en una herramienta de crítica, clasificación y renovación de formas. Es decir, que se adopten ciertas piezas de la moda dominantes en la actualidad, pero siempre modificando sus líneas o costumbres para no desentonar con el estilo propio. No irrumpir con una personalidad que no se pretende indicada para sí.
En este rubro de apropiaciones y experimentos, decir que se abren las puertas del armario a cualquier tendencia no significa que ésta se adopte sin cuestionamientos, sino que se ingresa a un juego donde las reglas deben cambiar. Así ha sucedido desde 2010 aproximadamente. Con la llegada del hipster y sus diversas conceptualizaciones, sus cambiantes representaciones, la persecución por lo alternativo en un movimiento que institucionaliza la alternatividad misma se ha convertido en un acto de adoración a la vez que repudio. Ocasionando entre sus consecuencias, por supuesto, este fenómeno de aceptación mediada y transfiguración revisitada que ya señalábamos.
Es imposible no convivir con este movimiento en una era gobernada por sus imágenes, pero lo que sí se puede hacer es tomar sus elementos e imprimirles un sentido diferente. Si acaso no repleto de originalidad, uno que no sucumba al retrato impermeable de ese personaje tan amado y odiado al unísono.
Ejemplo ideal es el del poncho o la capa, piezas recobradas por nuestra generación y hechas signo del momento que atravesamos en el vestir. Para no mimetizarse del todo con el resto de la población, porque esto nunca se logra del todo, sigamos estos consejos para llevarlos de la manera que mejor nos acomode.
::
Mantenerlo simple es siempre la mejor opción. Las capas recargadas en atuendos muy elaborados son asuntos del pasado. Líneas claras y firmes sobre un look casual es lo perfecto.
Sumar un poncho a una minifalda o vestido que se iguale en longitud es una alternativa sexy que pocas se atreverán a usar en esta temporada. Tú hazlo.
Una capa blazer es justo lo que una chica actual necesita hoy. Combina formalidad y creatividad en cuestión de segundos, dejando boquiabierto a cualquier sujeto que se cruce por el camino.
Un All-black look con poncho o capa es chic multiplicado por tres. Bien podrías aparecer entre el reparto de “American Horror Story: Coven” con este atuendo.
Utilizar una capa como si fuera un vestido corto es arriesgado, pero nada que seguro no puedas controlar.
Un poncho o capa que se ajuste a la mitad de tu cuerpo con un cinturón es una apuesta de estilo y consciencia de la figura femenina. Éste es un truco que funciona para cualquier talla o decisión de outfit.
Una capa o poncho cruzado que cubra casi todo tu cuerpo no es un atentado en contra del resto de tus prendas; es una oportunidad para jugar con el viento y tu dramatismo.
Haz que sus líneas, caídas, diseños y colores sean los únicos protagonistas. Debajo de esta prenda mantenlo todo minimal y, de ser posible, monocromático; así lograrás un look sobrio pero no por ello menos imponente.
::
La importancia de encajar al mismo tiempo que demostrar un buen grado de uniqueness es global. Ni se puede asumir que se será completamente distinto al resto, ni es posible sucumbir a los designios ajenos por completo. Si quieres complementar la información aquí otorgada, consulta estos 10 consejos de moda para elegir correctamente tu estilo y cómo es que Los vestidos de noche son las nuevas playeras.
Te puede interesar:
Tipos de maxifaldas que puedes usar esta temporada
Formas en las que puedes usar el vestido camisero