Una cosa es tener una gran cuenta bancaria, una capacidad de adquisición tan grande que sin importar el lugar de procedencia, boutiques de fast fashion o grandes maisons de diseño, el guardarropa siempre se encuentra atiborrado de sofisticadas prendas, y otra muy distinta es tener estilo. En esta última opción, no importa cuántos ingresos tengas al año o quién te mantenga tus gustos, si tienes la mirada lo suficientemente educada quizá puedes no contar con un armario rebosante, pero sí con algo más importante. Y se llama clase. Distinción. Incluso buen gusto y naturalidad.
Y esto, ¿se compra? ¿Acaso se adquiere en algún lugar? Por supuesto que no. En el mejor de los casos, el tiempo da licencia de adquisición si se han tenido las justas y adecuadas experiencias. De lo contrario, se tiene o se padece. El estilo puede aprenderse, moldearse y expandirse; sin embargo, cuesta mucho trabajo hallarle de la manera adecuada, aunque las herramientas cada vez estén más cerca.
Basta con sumergirse unos cuantos minutos a Pinterest, scrollear unas horas en Instagram y verificar qué hacen las chicas de hoy y visitar uno que otro blog donde las grandes firmas, pero también los más auténticos street styles se puedan encontrar. No se necesita estar cubierta de grandes y prestigiosas etiquetas para verse increíble. Es suficiente con adquirir consciencia al respecto de qué piezas se deben usar y cuáles son sus medios ideales de acción.
Una mujer con estilo se diferencia del resto porque…
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No copia exactamente lo que ve en blogs, aparadores o revistas de moda. Adecua e intenta cosas que sean fieles a sus propios intereses o gustos.
Escucha opiniones –sobre todo de editores y expertos–, pero las transforma en información exacta y útil para sus cometidos.
No le teme a ninguna tienda. Saben que el renombre de una gran firma no lo es todo y acuden sin temor a tiendas de cualquier tipo, siempre y cuando tengan algo interesante por ofrecer.
Nunca se deja influenciar completamente por las tendencias o las más extravagantes propuestas sin pensarlo con detenimiento.
Siempre se mantiene clásica y relajada. Un poco de frescura es bien recibida en todo momento para nunca aparentar demasiado esfuerzo en su outfit.
Sabe que una marca no lo es todo.
Nunca confía todo su estilo en las prendas por sí solas.
No es esclava de la moda. Retoma prendas, accesorios y actitudes que o vienen del pasado u obedecen a su propia idea del estilo.
No se viste para agradar absolutamente a nadie ni para conseguir halagos de ningún frente. Se viste para sí misma.
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Si estás dispuesta a seguir estos pasos y arriesgarte a perseguir lo que muchas quieren, pero muy pocas pueden obtener, debes ser consciente de mucho. De relajarte y emprender un largo camino. Date cuenta que ponerse las etiquetas más frescas y adquirir los artículos más It, puede darle un impulso de gratificación instantánea a lo que guardas en el clóset, pero en seis meses esas piezas serán obsoletas, tendrás que volver a invertir y te sentirás obligada a mantenerte al día con el ciclo de la próxima ronda de piezas codiciadas. Mejor, apuesta por lo que aquí te sugerimos y conoce los 5 estilos de zapatos que sólo las mujeres seguras de su cuerpo se atreverán a usar, además de los 8 bolsos que toda mujer con estilo debe tener y ningún hombre entiende.