Si existe un genio en el mundo de la moda, ese sería sin duda Alber Elbaz, pero no hablamos de su intelecto (el cuál es alto, cabe señalar), sino de ese poder al mero estilo del genio azul de Aladdin. Sí, la industria de la moda cree que Elbaz es un mago que donde quiera que pone su atención, consigue crear un cambio significativo y realmente grande.
Comenzó en los sesenta luego de graduarse de Shenkan College of Design, de Ramat Gan. Esto le ayudó a posicionarse rápidamente en el mundo de la moda; sin embargo, fue hasta los años 90 que fue fichado por Guy Laroche par salvar a la firma del hundimiento, aunque dejó la marca para moverse a Yves Saint Laurent y conseguir su sueño: dirigir una de las firmas marchas más importantes del mundo casi de la mano con Hedi Slimane quien se hizo cargo del área mascilina, mientras Elbaz se enfocaba en el el prêt-à-porter de mujer.
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Con sólo tres colecciones tuvo suficiente para conseguir un reconocimiento real frente a la industria que le ama y respeta, pero en 2001, Lanvin necesitaba un salvador que navegara con bandera baja, que no quisiera la atención del mudo ni que se diera a conocer por su rostro. Lanvin no quería a Tom Ford, ni a Marc Jacobs, ni siquiera pensó en McQueen o en el propio Slimane. Ellos vieron a Elbaz y le ofrecieron un lienzo en blanco para él, sin pretensiones ni conflictos.
Lanvin y Alber eran viejos conocidos, pero esto no los hacía íntimos; sin embargo aceptó. Le dio a la marca una significativa presencia en el mundo y él, con sus características gafas de pasta y estilo nada extravagante, se ponía en el mapa logrando la aprobación del mundo. Hasta ese momento, la relación era extraña, nadie la había pedido y aún con ello, se agradecía sobremanera. Pero ¿quién era realmente Alber Elbaz y porqué era tan importante? ¿Por qué de pronto Lanvin recibía la atención del mundo?
Bien, Elbaz fue de los primeros en atender los cambios sociales de manera directa. Sí, existían marcas que restringían el uso de pieles o que daba mensajes sociales directamente en sus prendas, pero ninguno de ellos logró hacer lo que el diseñador, es decir, cambiar y mejorar los hábitos de consumo, mismos que van envolviendo cada parte de la venta, desde el sitio y la experiencia de compra hasta el uso de cada pieza. Así, Alber Elbaz consiguió que los amantes de la moda le dieran el valor merecido a la costura pagando lo justo por una gran calidad.
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Además le dio un valor mucho más significativo a la mujer y su papel en la moda. No sólo es consumidora, sino que es creativa e impulsora. Es entusiasta y admiradora, por ello creó diseños dinámicos y estruendosos que además de ser funcionales, son realmente lindos y agradables ante la estética actual, misma que es difícil de comprender, pero fácil de criticar. Luego de haber roto esa idea y redefinir la moda femenina consiguiendo que su ropa fuera más que una falda o un cardigan, se fue de Lanvin.
2015 fue el año elegido por el diseñador para un hiato cuyas causas son desconocidas. Unos aseguran que se sentía atascado, otros creen que quería un break de todo el glamour innecesario en su vida y unos más creen que necesitaba rehabilitación emocional. Sea lo que sea, ese descanso prolongado se ha terminado y está de vuelta en el ruedo de la mano de Tod’s y su marca Factory (alusión directa. Andy Warhol).
Esta colaboración marca el retorno creativo del Elbaz quien le ha puesto un poco de su genialidad a la marca y aunque en el entretiempo se dedicó a colaborar (de lejos) con Lancôme y otras firmas, es la primera vez en un buen rato que se relaciona con una marca para crear y diseñar en absoluto. A través de un video, Tod’s anunció la colaboración con uno de los artistas más prolíficos y talentosos del globo.
La verdadera importancia de tener de nueva cuenta en el mundo de la moda a Elbaz es que fueron 4 años de no saber qué ocurría con él. No es mero interés morboso, sino una verdadera duda respecto a qué hacía el hombre que sacó de las sombras a Lanvin, que era una de la mentes más asediadas por otros colegas y cuyos diseños se volvieron clásicos de la moda. Hoy por hoy, su colección es la más esperada de la temporada porque estará disponible muy pronto.
Si sus poderes como mago siguen intactos, tendremos una de las versiones más genuinas y bellas de Tod’s, pero sin duda precenciaremos a Alber Elbaz actuar en todo su esplendor y aunque se a través de una colaboración instantánea y poco duradera, estamos emocionados de ver que le depara el futuro al genio, aunque sabemos que, seguramente, es algo realmente grande, imponente y sobretodo, valioso.
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