Lo visto en Mercedes Benz Fashion Week Mexico City para la temporada otoño-invierno 2019 no para de sorprender. Y es que lo expuesto en esos días fue de lo mejor que se ha cosechado en las sendas creativas del país. En en el marco de su su vigésima quinta edición, repleta de fanfarria y celebraciones, de entre los treinta diseñadores que se presentaron, destacó por encima de todos el espíritu de innovación, reinvención, desarrollo cultural y soluciones interdisciplinarias para una industria tan vigilada en la actualidad como la nuestra.
Algunas de las caras más nuevas en el calendario resultaron, obviamente, esa calada de aire vigorizante que necesitábamos en la escena. ¡Qué va! Fueron alguna suerte de gas noble que nos aportó diferentes luces, colores, texturas y emociones, cuando más urgencia representaban. Desde el día uno de la semana esto se hizo evidente. Anikena, firma radicada en México y dirigida por dos mentes paraguayas, dio disparo de salida para las propuestas un tanto más experimentales y que apuestan por metodologías, estéticas y valores de inclusión que hoy apremian.
Justamente, allí están dos puntos importantes en esta historia. 1) Las condiciones de emergencia para una colección como Kamba (Anikena o/i’19) conjugan un tremendo amor por la naturaleza, una cariñosa inspiración en los paisajes de Tulum y la convicción de que todos los cuerpos, rostros e identidades humanas deben aparecer en un show de moda; situación que los puso frente al ojo de Vogue Italia, que los ha reseñado como uno de los talentos más destacables del Fashion Week en México.
2) Dado que Kamba guarda en su interior un sentido de desafío a las convenciones, era claro que con su selección de modelos ocurriría lo mismo. El casting sería diferente y estaría abierto a todo público. Postura que aprovechó Inés Palacios, host de CLTRA CLCTVA, para experimentar la moda mexicana desde dentro y en quiebre de los prejuicios o falsos procesos del sector. Puedes ver lo vivido dando click aquí.
Anikena mostró sus prendas de alta costura como una equilibrada mixtura de técnicas tradicionales mexicanas, hechuras colombianas y paraguayas, uso de colores vegetales en telas orgánicas y una gráfica hecha a mano, que dan testimonio de la transversalidad y respeto culturales que se pueden alcanzar en una dirección creativa, así como de la riqueza inventiva con que contamos en México.
Kamba de Anikena goza hoy de un reconocimiento sensacional. Aparecer en Vogue Italia como bastión de una nueva ola de diseñadores involucrados y convencidos de que la moda en México tiene que modificarse, reconfigurarse, además de ser un faro visto desde cualquier agitado mar, es señal irrevocable de que la marca es promesa para tiempo y de que en nuestro suelo están pasando cosas muy, muy importantes. Es casi anagnórisis del mundo de la moda para nuestro país. Aprovechemos.