La pregunta que invade a millones de cabezas que poseen una cabellera rizada o llena curvas: ¿Cómo alisar el cabello sin que las planchas, los cepillos eléctricos y uno que otro químico te ocasionen estragos? No hace mucho, el alisado brasileño se hizo famoso y ocupó un lugar privilegiado en las tendencias estilísticas de todo el mundo. Los motivos: su utilización de queratina como elemento central prometía cero daños al cabello de la humanidad. Sin embargo, el implemento necesario de secadoras y planchas contrarrestaba toda esta idea y muchas personas obtenían resultados o precarios o perjudiciales.
Hoy, sigue siendo llamativo cuando iconos de estilo como Dua Lipa, Camila Cabello, Zara Larsson, las Jenner y demás deciden traer su cabellera lo más straight posible. El asunto ahora es: ¿cómo lo logran sin maltratarlo ni caer en los errores que los años 90 y 2000 nos regalaron? Sencillo. Además de que tienen a un estilista profesional y más de un envidiable consejero, recurren a tratamientos y trucos que cada vez se acercan más a lo elemental y a lo simple. Todo con tal de no quedarse calvas o perder su look a lo largo del día frente a tantos fotógrafos.
Aquí el punto inicial es Go Natural. No te desesperes y trabaja constantemente en tu imagen.
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¿Qué consejos necesitas?
Primero: Mezcla un vaso de leche con un poco de miel y un plátano entero. Cuando tengas un producto homogéneo, úntalo en tu cabello y déjalo actuar por una hora. Esta mixtura se secará y formará una suerte de mascarilla; no te espantes. Entonces será momento de retirarla, lavar tu pelo y seguir con la rutina a continuación.
Lava: Usa un shampoo y un acondicionador enfocados al cabello liso. Deja actuar lo suficiente a este último; generalmente lo removemos antes de tiempo y ello frena todo el proceso. Recuerda que los mejores son aquellos que contienen leche de coco o incluso apio.
Seca: No utilices secadoras, a menos que sea totalmente necesario. Y en tal caso, hazlo con aire frío. Pero nada como usar una toalla absorbente, no hacer fricción contra tu melena, secarlo con ligeras presiones o palmadas, y plisarlo con tus dedos desnudos.
Cepilla: Nada como un buen cepillo de cerdas naturales y de movimientos constantes para aplacar el frizz y estirarlo hasta su máxima potencia.
Nutre y da forma: Justo como lo hubieran hecho nuestros abuelos, unta un poco de zumo de limón o el jugo de un apio –con ayuda de un extractor y como lo mencionamos más arria– para estilizar tu melena. Presta atención primordialmente a las puntas y a esas zonas en donde sabes que algún pelillo puede hacer de las suyas.
Enrolla: Si sólo tienes tiempo para un verdadero y metódico arreglo por las noches, recurre a una vieja práctica llamada toca. Ésta consiste en tomar tu cabellera –larga–, humidifcarla un poco, seccionar tu pelo y enrollarlo alrededor de tu cabeza con ayuda de pinzas planas, esperar el resto de la noche mientras duermes, liberarte de estas herramientas y actuar sobre esos ligeros pliegues curvilíneos que te ha dejado el proceso. De esta manera ahorrarás demasiados minutos a la mañana siguiente.
Aplica: Por último, ayudarte con alguna crema para cabello liso capaz de evitar el encrespamiento de tu rutina diaria y que, además, cree una sensación suave en tu cabello, es completamente válido. Sólo procura que no sea en grades cantidades para que no dañes tu melena.
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Así, sin necesidad de inyectar calor o dañar con temperaturas extremadamente altas puedes lograr que tu cabello tenga una apariencia lisa, delicada y ultrasexy. No hay necesidad de ponerte en peligro. Siempre hay una solución para tus deseos de estilo.