Un sonrojo natural es bonito; esa sensación de calor y el hecho de que la sangre suba al rostro puede ser, inclusive, tierno. Asciende por tus mejillas, llega a tu frente y desaparece lento con la confianza que adquieres en alguien. Por ello usas rubor, para tener esa sensación de inocencia y sensualidad durante todo el día, sin “ponerte roja” por todo… a menos que luzcas como Heidi.
Si alguna vez te lo han dicho, es porque —desafortunadamente— no aplicaste correctamente el blush sobre tu cara. No basta con incluir un poco y aventurarse a la vida; hay que usar la cantidad correcta y en el sitio adecuado.
Si a eso sumas el bronzer, otro producto que además de perfilar tu cara, le dará profundidad a tus rasgos, tienes como resultado un perfecto y audaz make up, que a veces se arruina con estas chapas al estilo “niña de la pradera” y lo oscuro del bronceador. Pero solucionarlo es fácil. Nosotros te decimos cómo en dos simples pasos:
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#1 Conoce la forma de tu cara.
No saber qué tipo de rostro tienes es el primer —y más grande— error. Existen 6, principalmente, y cada uno posee detalles que son los que debes resaltar u ocultar con el rubor y el bronceador.
Redonda: Hay que perfilarla, resaltando los pómulos.
Cuadrada: Se trata de darle más protagonismo al centro y hacerla ligeramente más alargada.
En forma de corazón: Hay que disminuir el espacio en la parte superior y ampliar la inferior para crear simetría.
Diamante: Lo mismo que lo anterior, pero sin crear proporciones completamente simétricas.
Ovalada: Hay que reducir el tamaño des rostro y perfilarlo un poco, resaltando pómulos y facciones.
Alargada: Usa el maquillaje para reducir el tamaño, más no las facciones.
NOTA: Entre menos producto apliques, mucho mejor.
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#2 Coloca el maquillaje.
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Redonda
Blush: Aplica en los pómulos únicamente, no extiendas.
Bronzer: Pon apenas un poco debajo del pómulo y difumina hacia arriba.
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Cuadrada
Blush: Pon un poco en las mejillas, pero justo a los lados de tu nariz y no difumines.
Bronzer: Aplica en las sienes, debajo del pómulo difuminando hacia arriba y en los costados de la mandíbula; igualmente, esparciendo el producto hacia la parte superior.
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De corazón
Blush: Es casi a la misma altura que el rostro cuadrado, pero se difumina un poco hacia arriba.
Bronzer: De las sienes vas a difuminar hacia arriba y, si lo deseas, puedes poner algo de forma horizontal junto a la boca.
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Diamante
Blush: Aplícalo desde la parte alta de tus pómulos hacia abajo, llegando casi a la nariz.
Bronzer: Éste debe ir en los costados de la frente, y justo entre tus labios y la mandíbula.
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Ovalada
Blush: Ponlo en los pómulos, pero esparce hacia arriba y hacia abajo.
Bronzer: Sólo aplica debajo de los pómulos en la misma dirección que el blush.
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Alargada
Blush: Aplícalo abajo de los ojos, dejando un espacio de 1 cm. y en forma horizontal.
Bronzer: Debajo del blush, aplica bronzer en la misma dirección. Luego da un brochazo en tu barbilla.
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Listo. Con estos consejos no tendrás que aplicar más. Incluso, puedes olvidarte del corrector o de sombras y delineadores. A veces, con algo de blush y bronzer puedes hacer que tu rostro cambie por completo. Recuerda que no debes abusar de ninguno o, de lo contrario, tu rostro lucirá más bien tosco, en lugar de natural y bonito. Luce una cara mucho más afilada usando dos aditamentos y olvídate de ser Heidi.
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