Al diablo los colores llamativos y la imperiosa necesidad de hacerte lucir mediante el escándalo visual. Si bien es cierto que hay personas quienes funcionan mejor en la vida con cierto dote de dramatismo, atavíos histriónicos y actitudes que juegan con la teatralidad diaria de ciertos eventos, existimos –en contraposición absoluta– quienes no podemos ni un solo segundo respirar en tales contextos cuasicoreográficos. Quizás esto se relacione en buena medida con un carácter introvertido o extremedamente serio, pero no por ello significa que prefiramos pasar inadvertidos. Al contrario, puede que amemos estar rodeados de gente y disfrutemos de una larga fiesta, sólo que resulta más cómodo mantenerse en un mood sobrio. Fuera de reflectores u opiniones que nada tendrán por aportar, ni bueno ni malo.
Si amas la moda y siempre cuidas de tu armario, de las selecciones que en él resguardas, es claro que reconoces la performática que habita y se posibilita en cada prenda. Sin embargo y no quiere decir que asistamos a todas nuestras reuniones o lugares habituales con un diseño de Viktor & Rolf y transformemos del todo nuestro carácter; las piezas hablan y proponen, nosotros somos quiénes les damos el guión y marcamos el comportamiento en cada escenario.
Atendiendo a esto y sosteniendo en el pensar que las exageraciones en el look son una enfermedad para nuestro corazón, ¿qué alternativas tenemos? En un tenor mucho más relajado, por supuesto que hay demasiado normcore en las calles, claro que existen apuestas como Vetements, es obvio que la inspiración tanto londinense como francesa existe todavía en el cada día más nublado hipster; no obstante, cuando es necesario un alto grado de formalidad o sofisticación, ¿a qué territorios acercarnos para un dulce cobijo?
La respuesta es: nude
Esta tendencia que en los últimos años ha tenido altas y bajas, pero jamás nos ha abandonado –mucho menos fallado–, continúa como una alternativa para esos cuerpos que a mayor sobriedad, mejor confort y movilidad por los espacios.
¿Cómo conseguirlo y qué aspectos tomar en cuenta?
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Desde hoy tus grandes aliados serán los colores crudos, tenues, matizados, pasteles, pálidos y con fuertes inclinaciones al blanco.
Cuando identifiques éstos, jamás intentes igualar tu color de piel con tus prendas a menos, claro, que se trate de tu ropa interior.
El punto anterior puedes omitirlo cuando se trate de calzado, pues éste aumentará el largo de tus piernas. Sin embargo, contrastar el color de tu piel y el nude de unos tacones siempre es atractivo.
Cuida que el fitting de tu ropa no sea en extremo ceñido; de lo contrario, parecerá que estás desnuda. Así que adiós leggings o skinny jeans en estos colores.
Procura texturas sofisticadas o femeninas cuando no muy arquitectónicas en este tipo de prendas. La ventaja de tales opciones es que, elijas lo que elijas, en un 99 % de los casos adquieres una presencia más classy de la habitual.
Un nude total es clásico y nunca falla, pero no descartes contrastes más saturados con otro color. Sobre todo si se trata de negro, añil o burdeos.
Recuerda también que algún detalle en animal print, especialmente uno de leopardo, resulta el mejor complemento para muchas situaciones.
Por último, nuestro siempre fiel denim estará para ti siempre y no está peleado con estos colores. Al contrario. Se complementan a la perfección para un día no muy casual, pero tampoco muy formal.
Adentrándonos al tema del maquillaje y el peinado, recuerda que menos es más. Que debes lucir lo más natural posible y hacer una inversión obligatoria en grooming y tratamientos de cabello.
Con el arreglo del rostro y las uñas tienes dos opciones; o lo mantienes fresco y casi imperceptible, o juegas con la contraposición de colores cargados y explosivos. Si tu elección es la última, cuida no caer en el exceso.
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Siguiendo este ímpetu, consulta también Cuentas de Pinterest que puedes seguir según tu estilo y cuáles son los 8 colores que debes usar en tu ropa cuando tu autoestima es baja. Ambas opciones son esenciales para conformar una apariencia sutil, relajada y fuera del exotismo.