En una de las escenas más delirantes de “La escoba del sistema” (1987) de David Foster Wallace, un magnate llamado Norman Bombardini se alimenta hasta la extenuación y la irrealidad con el objetivo de crecer hasta ocuparlo todo. Para ello va a un restorán y pide todo el menú, comienza a crecer su vientre, sus manos se ensanchan, sus dedos se inflan, su papada crece hasta tener el tamaño de un venado, su estómago destroza la mesa donde come, los comensales se asustan, sus extremidades paquidérmicas alcanzan tamaños infinitos, su cuerpo tiene le volumen del local y sigue creciendo, crece tanto que tapa la luz del sol al edificio vecino y sigue creciendo.
Este personaje es una metáfora, bastante literal, del capitalismo voraz americano, que desea ingerir y aplastarlo todo. No sobra decir que existe un problema real de obesidad en Estados Unidos y Europa que, caloría a caloría, comienza a expandirse a México.
En las pasarelas, sin embargo, la tendencia es la de la delgadez extrema. Uno de los diseñadores que más influyó en este cambio de paradigma, fue el Kaiser Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel y Fendi. Quien no sólo elige cuerpos delgadísimos para portar sus diseños, también ha declarado abiertamente ‘obesofobia’.
En su libro “The World According to Karl” (2013) escribió que nadie quiere ver gordas en las pasarelas. La moda, de acuerdo con este diseñador, es una cuestión de deseo efímero.
En 2010 declaró que la cantautora Adele estaba “un poco gorda”. Se tuvo que disculpar por esas palabras, pero ese año también manifestó su arrepentimiento de haber diseñado para la H&M justo cuando la marca decidió subir los talles para ampliar su clientela.
Karl Lagerfeld prefiere mirar a ser mirado, por eso usa todo el tiempo lentes oscuros; el pelo argento recogido en una coleta es también parte de su imagen indisociable a Chanel, donde comenzó a diseñar a comienzos de los años 80.
El Fashionator, como también se le conoce por sus polémicas declaraciones, como la que hizo para una entrevista en la que le cuestionaron sobre la gravedad de los desórdenes alimenticios, donde aseveró que sólo el 1 % de la población tiene problemas de anorexia, mientras el 25 % de las mujeres adultas sufre sobrepeso.
En los noventa era gordo y usaba abanicos, según él subió de peso porque la moda masculina de esa época le aburría; hecho que cambió cuando el diseñador Heidi Slimane lanzó sus entallados diseños para Dior Homme. El lanzamiento de Slimane motivó a Lagerfeld, quien perdió 47 kilos en 13 meses, y en el año 2000 estrenó figura y comenzó a usar cuello alto. “La reinvención es vital” fueron sus palabras.
Una de sus últimas sentencias sobre el tema de la obesidad, que le costó una denuncia judicial, fue: “El agujero en la seguridad social también se debe a las enfermedades causadas por la gente demasiado gorda”.
En 2013 una asociación francesa en contra la discriminación hacia las mujeres obesas lo denunció por hacer “declaraciones difamatorias y discriminatorias contra la comunidad de mujeres gordas”. El Kaiser respondió: “La moda es efímera, peligrosa e injusta. Si no lo aceptas, elige otra área profesional, como la Seguridad Social”.
::
Si deseas conocer looks para verte más delgada puedes seguir este enlace; también te podría interesar Maneras de usar skinny jeans.
**
Fuentes:
GiraBsAs, Glamour, El País, Vanity Fair
