Salma Hayek estudió Relaciones Internacionales pero desde muy pequeña le gustaba la actuación. Empieza con papeles en la televisión mexicana y de pronto su carrera subió como espuma. Se mudó a Los Ángeles, Estados Unidos, y continúa con su preparación y trabajo como actriz. Los primeros años fueron complicados, tenía en contra el racismo hasta las latinas, pero nunca se dio por vencida y siguió ‘picando piedra’ como decimos por acá, para ser aceptada en las filas de Hollywood.
Salma no cumplía con los estándares de belleza establecidos por la industria del entretenimiento y cine, la mayoría de las actrices exitosas eran rubias, muy altas y delgadas. Salma era una guapa mexicana promedio con su 1.57 m de estatura, pelo obscuro, facciones fuertes, color de piel morena clara y muchas curvas. Todo lo que Hollywood no aceptaba.
No le importó y estaba dispuesta a seguir intentando destacar. Debía encontrar cómplices, esas personas que creyeran en su belleza y talento para conseguir entrar a las grandes producciones. Los encontró.
El primero en apoyarla fue Giorgio Armani en su primera ceremonia de premios Oscar donde fue acompañada por Luis Miguel, el artista del momento. Más tarde, los ojos de un popular diseñador voltearon a verla, sorprendido con su belleza, carisma y hermoso cuerpo. Se trata de Gianni Versace, el popular y reconocido fundador de la casa de moda italiana.
Salma lo recuerda con mucho cariño. Formó parte importante de los inicios de su exitosa carrera que desgraciadamente no pudo ver.
Gianni le diseño sin dudarlo un hermoso vestido negro, asimétrico con aberturas, drapeado y detalles de piel para la Met Gala de 1997, uno de los eventos más importantes para la industria de la moda, cine y música donde se unen las figuras más populares del momento invitados por Anna Wintour.
Justamente en esa edición se le hizo un tributo al diseñador italiano así que Salma Hayek fue muy ad hoc con la celebración.
“Es un vestido hermoso y me quedaba tan bien; como guante”, confesó.
Lo combinó con un par de zapatillas de tiras, pelo recogido bien pulido y un maquillaje que destacaba sus labios rojos. Como accesorios usó un clutch plateado y aretes diminutos para dejarle todo el protagonismo al vestido que tenía estratégicas aberturas para dejar ver atractivamente parte de su cuerpo. Muy linda pieza.
Más tarde, Salma Hayek y Gianni Versace se volvieron cómplices. Le diseñó un vestido rojo también hermoso que le quedaba espectacular y hacía destacar su piel canela. La actriz cuenta que Gianni fue uno de los primeros que la invitó a sus eventos como fiestas y desfiles. Fue parte de una de sus presentaciones en Nueva York.
Desafortunadamente, cuando se estaban conociendo más, Gianni murió de una forma muy trágica.
Salma Hayek siempre lo recordará agradecida por ser uno de los primeros diseñadores que creyó en ella y la apoyó cuando su ahora exitosa carrera apenas estaba comenzando.
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