Cuando decimos las palabras “Nueva York”, inmediatamente un impulso desbocado de sangre ardiente corre por las venas, llega hasta el corazón y se atropella contra el cerebro sólo para darnos una de las ideas más hermosas que ha tenido la humanidad: establecer la moda como una de nuestras principales prácticas en el mundo. Desde una Carrie Bradshaw que en la ficción de “Sex and the City” no podía controlar su romance por la ropa y, específicamente, su pasión por los tacones de Manolo Blahnik, hasta la existencia de Anna Wintour y Grace Coddington, quienes se caracterizaron hasta hace algunos ayeres como una dupla de estilo y juicio inquebrantables. La ciudad que nunca duerme siempre se ha caracterizado como una de las cunas de la moda, tan importante en la sociedad global.
Cada que alguien habla de Nueva York es imposible que la memoria no viaje con dirección a esas calles que atravesaba corriendo Anne Hathaway en “The Devil Wears Prada”, a las galerías donde el look impactante de Diane Keaton en “Manhattan” destacaba o a los paseos interminables que daba Winona Ryder a lo largo de “Autumn in New York”. A su manera, cada recuerdo icónico, conforme a su tiempo y las tendencias que perseguíamos en aquel entonces, se mantiene en nuestra mente. Pero las cosas han cambiado. La gran ciudad en efecto sigue figurando como una de las capitales más importantes de la industria, pero sus mujeres han evolucionado.
Con redes sociales, miles de eventos, cientos de nuevos fotógrafos, decenas de propuestas culturales y gastronómicas a cada vuelta de la esquina, frescas perspectivas del mundo y acciones cada vez más disruptivas, la chica neoyorkina que ama el fashion no es la misma de hace una década siquiera. El sello propio de la urbe se mantiene en cada outfit, eso es innegable, pero sus elementos y formas han mutado. Es obvio que todas las que viven allí lo portan de una manera natural y pocas veces equivocada, pero ¿qué sucede con el resto de las mujeres en el planeta?
¿Acaso se supone que sólo se queden mirando? Definitivamente no. Por eso, es importante seguir las mujeres del día a día que tanto fascinan ahora para tomar nota e inspirarnos, donde quiera que nos encontremos, en el Nueva York actual. No hay que ser espectadores nada más; se trata de aprender y reaccionar.
Estas fashion bloggers son buenas referencias que se han destacado por ser las mejores en lo que hacen y las más imitadas por toda la generación.
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Danielle Bernstein
Con un ojo muy peculiar y un estilo que recobra el underground de la urbe sin ser intimidada por las nuevas estructuras del vestir, Danielle comenzó hace años un blog que hoy es un diario de moda altamente visitado.
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Jessie Bush
Frescura y encanto son las dos palabras que representa esta chica en cada uno de sus movimientos. Lo interesante de sus propuestas es que generalmente están diseñadas para una vida diaria sin complicaciones. La mujer contemporánea y genuinamente sofisticada es Bush.
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Michelle Madsen
Una joven llena de vitalidad y cero complicaciones. Prendas femeninas, piezas atemporales, accesorios de lujo, una que otra estructura innovadora y prendas que van con la corriente conforman su guardarropa. Busca además su Instagram para que entendamos de una vez por todas el significado de citadino chic.
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Arielle Charnas
Blazers, vestidos, zapatillas altas, maxibolsos, animal print, gafas oscuras y jeans desgarrados son sólo algunas piezas de lo que Arielle hace en la gran ciudad. Con una evidente predilección marcada por los contrastes y un cabello casi al natural, la personalidad de esta chica es una de las más auténticas como New Yorker Girl.
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Natalie Suarez
Irreverencia y burbujeante desafío; así debería describirse incluso ella misma. Con ascendencia china, española y mexicana, esta mujer logra lo que pocas: un balance perfecto entre clase, elegancia y juventud rebelde mediante prendas que gritan furia a cada milímetro.
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Olivia López
Olivia tiene un color impresionante de piel, una actitud increíblemente carismática y un estilo que muestra su eclecticismo cultural. Un poco de aquí, un poco de allá y el look de la señorita López es perfecto para inspirar ese fashion multiétnico que no sólo habla de cruces sociales, sino de alcances artísticos y de diseño.
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Alyssa Lau
Probablemente la más millennial de todas las aquí presentes. Su desafío constante, crear algo único a diario a partir de piezas deconstruidas o que ella misma manipula, le ha posicionado como uno de los íconos más seguidos en las redes. En su mente y su armario no caben ni la pretensión ni el glamour convencional.
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Mary Seng
Ciudad, ciudad, ciudad, eso es todo lo que gritan los atuendos de Seng. Es más audible si prestamos atención a sus decenas de jeans rotos y pares de tenis, principales compuestos de un look que guarda fiereza, seducción, poder y alegría para estar en concordancia con esa cabellera rubia que le caracteriza.
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Ser una auténtica mujer neoyorkina quizá sólo sea posible estando allí, pero mientras podemos inspirarnos, sin problema alguno, en esas féminas que hoy son tan seguidas en su propia ciudad y que sirven de ejemplo mundial para la renovación constante de la apariencia. Si quieres seguir leyendo sobre esta peculiar perspectiva, consulta los 5 pasos para alcanzar el estilo neoyorkino sin perder tu esencia y la Guía para conocer Nueva York en sólo dos días.