Un par de jeans Calvin Klein cuesta cerca de $1,900.00 (mx) en una tienda departamental, mientras que en una shop online no rebasa los $1,300.00 (mx) pesos. Ambas cantidades son elevadas, lo sabemos; sin embargo, con algo de esfuerzo o dedicación no es tan difícil juntar dicha suma para invertir en unos buenos pantalones de marca. Pero, si compras una falda Hermés tendrás que gastar cerca de $50,000.00 (mx), y esta cantidad no es precisamente la más accesible para la mayor parte de la sociedad que compra ropa en el mundo.
Aún con ello, ése no es el precio más elevado de Hermés, ya que podríamos definir dicha falda como un ready-to-wear. En cambio, la colección haute couture posee un valor económico tan alto que con sólo escucharlo, causa temor. Pero antes de continuar, es conveniente que aclaremos…
Qué es la alta costura
Una marca sólo puede decir que produce haute couture si pertenece a la Chambre Syndicale de la Haute Couture, organismo encargado de realizar un evento anual que incluye aproximadamente a 30 diseñadores. Todos ellos son exclusivos y confeccionan piezas únicas. Cada una de las prendas lleva meses de hechura y la intervención de artesanos, especialistas en textiles, diseñadores y demás personas que se involucran de tiempo completo. Hasta 2015 se estimaba que sólo 800 personas en el mundo podían comprar alguna prenda de alta costura, debido a su costo.
¿Cuánto cuesta?
Piensa en la falda Hermés que mencionamos con anterioridad y multiplica su precio por 100. No es una exageración, es un hecho real. Una prenda de alta costura puede ser pagada, inclusive, en millones de euros.
Aunque por un tiempo se creyó que las colecciones haute couture estaban muriendo o que se encontraban en extinción, las marcas más importantes o aquellas que tienen una colección constante demostraron que no era así. ¿Cómo? Deben de tener al menos 50 looks distintos, un atelier en París y 15 empleados —mínimo— de tiempo completo.
Ahora bien, no es de sorprenderse que la cifra de compradores dada en 2015 sea tan pequeña. En la actualidad ha aumentado a 2000, lo que nos dice que más personas en el mundo poseen una vida holgada que les permite adquirir semejantes prendas. La mayoría se ubica en el Medio Oriente, China y, claro, París.
Pero, a pesar de que el haute couture tiene tantos seguidores que pagan cantidades elevadísimas, no son suficientes para mantener a una marca viva. Entonces, ¿qué es aquello que las tiene a flote? Simple. La mayoría produce prendas prêt-à-porter y colecciones un poco más sencillas con las que perpetúan su maison. Es aquí en donde hallamos la importancia del haute couture: es EXCLUSIVA y por ende, MUY CARA, pero solicitada.
La calidad es realmente superior y brinda status. ¿Qué más podríamos esperar? Y si alguien tiene el poder económico para adquirir una pieza de dicha cantidad, no lo dudaría y la compraría. Además, cada una de las piezas genera más trabajo del que pareciera. En muchos casos, los trabajadores son personas que han aprendido el oficio desde su infancia y, en otros, son aprendices que estarán listos en unos años para trascender un conocimiento. Así que la importancia de la alta costura es mayor de lo que pareciera.
A veces, un vestido haute couture se usa sólo una vez. Sin embargo, nadie más lo hará en mucho tiempo y le hace sentir al portador como si viviera en un sueño. Porque, claro, cuando algo es cotidiano resulta aburrido y abrumador, pero el deseo de tener cierta prenda o algo muy exclusivo, puede ser el motor que la convierta en algo magnífico lleno de clase y poder.
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