Hace solo unos días, Jennifer Lawrence llegó al altar para prometerse amor eterno con el curador de arte Cooke Maroney en una ceremonia privada que tuvo como escenario el famoso Castillo Belcourt, inspirado en el pabellón de caza del Luis XIII en el Palacio de Versalles, ubicado en una isla privada en Rhode Island, a la que se dio cita una lista de invitados que destacó el nombre de su mejor amiga y colega, Emma Stone, así como los nombres de Kris Jenner y Sienna Miller.
Como en cada encuentro nupcial de Hollywood, uno de los temas que más sobresalieron y que nos conciernen, es el hecho de conocer el vestido de novia, más aún tratándose del de una de las embajadoras de la firma francesa Dior, como lo es Jennifer Lawrence, por lo que el hecho de la marca detrás no nos sorprende.
Sin embargo, aunque aún no conocemos realmente el diseño completo del vestido de novia de Jennifer Lawrence y solo han sido publicadas algunas fotos que muestran la parte superior, una fuente cercana a la dos veces ganadora al Oscar, reveló al portal Page Six algunos datos curiosos de uno de los protagonistas de la boda: el propio vestido, por lo que ha dejado en claro que realmente se trató de una pieza sumamente especial.
El recorrido del vestido de Jennifer Lawrence
1. El vestido fue enviado de París hasta Estados Unidos, justamente a la zona de Newport un día antes de la boda.
2. Para llegar a Newport, el vestido fue escoltado por un séquito de diseñadores de la firma, quienes ayudaron a que llegara sano y salvo. De acuerdo a la fuente: “El equipo de diseñadores de Dior voló a Rhode Island el día antes”.
3. Para pasar la noche, el vestido estuvo resguardado y ocupó una habitación en el histórico Hotel Viking (donde también se hospedaron los invitados), en el que quedarse una noche ronda los 400 dólares sin impuestos.
A lo que la fuente señaló: “el vestido tuvo una habitación de invitados propia para mantenerlo seguro en el histórico Hotel Viking, donde pasó la noche”.
Así es, no se trata de una chick flick o un episodio de Sex & The City o Gossip Girl, no podemos imaginar el estrés al que se pudo someter Jennifer Lawrence al no tener su vestido de novia a tiempo; por otro lado, tampoco podemos dejar de pensar y pensar en cómo será el vestido de novia de la JLaw, pues tantos cuidados, solo detonan algo: posiblemente podría ser uno de los más espectaculares del año, de la década, ¿o del siglo? Solo nos queda esperar el día en el que podamos conocerlo.
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