La ropa, al igual que una pintura o una canción, se hace según el contexto en el que se vive o en el cual quiere ser recordada.
Pensar en la moda es pensar en un contexto general. Es evidente; sin embargo, muchas veces lo olvidamos. Entonces, un vestido o un short se hicieron para los climas cálidos y un abrigo o unos guantes tienen como finalidad verse bien mientras hace frío.
Pero, cuando hablamos de ropa destinada a la primavera y al verano, se ponen en juego diferentes perspectivas. El verano de un niño no es igual al de un adulto; mucho menos al de una persona con un estilo de vida alternativo. Para un pequeño, el mar lo es todo. Ver animales paseando, tocar la arena con los pies o caminar bajo la brisa de la playa es maravilloso; mientras que para alguien más, la primavera viene impregnada de seriedad, de ecuanimidad y solemnidad, para finalizar con aquél que cree que la temporada debe vivirse como si no hubiera un mañana.
Estos tres puntos de vista son, probablemente, lo más sobresaliente de las colecciones que se presentaron en Mercedes-Benz Fashion Week México hasta ahora. La intención de J&R para reinventar la mexicanidad, la audacia de Ulibarri o la conciencia ambiental de Weil, nos enseñan que la moda tiene un contexto y que, aunque no seamos plenamente consientes de él, formamos parte de ese ecosistema al momento de elegir y usar ciertas prendas.
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Julia y Renata
Hablar de los diseños de este par de mujeres icónicas en la moda nacional, es hallar pulcritud y sencillez, pero no simpleza. Ellas tienen en su colección prendas volátiles y amplias que se caracterizan por ser de colores sencillos y formas más bien libres. Esta serie, siguiendo esa misma línea, se inspiró en el trabajo manual.
Los pliegues son los protagonistas de sus diseños. Esto es para dar movilidad a cada una de las prendas, aunque sin complicaciones. En lugar de crear piezas que sean volátiles, agregando muchas telas como si se trataran de capas, prefirieron darle movilidad con pliegues y cortes asimétricos a una sola tela.
Así, la mera intención de las diseñadoras fue mostrar la libertad debajo de las prendas, la comodidad y, sobretodo, la practicidad. Como es costumbre en sus creaciones, no hay simetría, pero sí geometría; y por ello, encontramos vestidos, blusones y pantalones cuya finalidad es honrar dos culturas milenarias: la mexicana y la japonesa con prendas como Enredo y Hakama, ambas, piezas amplias y de medidas perfectamente bien definidas.
Las modelos caminaron con sandalias bajas, lo cual representa una revolución a los diseños convencionales. Nada de efecto glamour, sino lo contrario que al mismo tiempo se convierte en normcore y esto es una de las características principales de la marca.
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Alexia Ulibarri
Contrario a la colección de Julia y Renata, Ulibarri dejó de lado —aunque no tanto— los colores neutros, para concentrarse en Altair, una serie de prendas llenas de color neón, glitter y telas satinadas. Sus obras parecen salidas de una película setentera y, a la par, se mezclan con futurismo para crear una tendencia que oscila entre lo irreverente y lo libre.
Altair trajo a escena una propuesta mucho más original, quizá, que otros diseñadores; pero existe una diferencia entre las otras participantes del lunes y ella. El público no se mostró en total contento. ¿Es eso una buena o una mala señal?
Los colores, las formas y la combinación de texturas y telas hacen de la mayoría de las piezas algo asimétrico, tanto física como estéticamente. ¿Atino, riesgo o completa equivocación? Lo que quedó claro, a cabalidad, es que una clienta de la casa no es tiene una personalidad norm.
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Sandra Weil
La colección SALACIA de la diseñadora, está inspirada en el mar y en la diversión de las personas cuando visitan la playa. No más. A partir de allí, delineó una serie de prendas en tonalidades neutras con acentos azules, rosados y hasta amarillos, para emular los detalles poco visibles en el ecosistema marino. Es decir, la arena, la textura de las olas y la piel de la fauna.
Los materiales usados en la ropa son sustentables, lo que quiere decir que Weil no deja pasar ningún detalle. Tan es así, que cada una de las piezas que conforman la colección fue bordada artesanalmente en Perú y ninguna comparte diseño con otra. Respecto a los estampados, predominan animales y objetos pertenecientes al mar –diseños bajo la autoría del hijo de Weil–, mientras que los accesorios se mantienen navy: cinturones hechos con cuerdas, sandalias y mascadas volátiles se hicieron notar.
El wet hair se hizo presente en las modelos que acompañaban los atuendos geométricos, frescos y holgados. La primavera de Weil es clásica y funcional, y quizás ése es su gran acierto, ya que combina dos preocupaciones latentes: la comodidad y la sustentabilidad.
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De este modo, las colecciones de las tres marcas desfilaron mientras la prensa y espectadores admiraban el trabajo arduo de las compañías. Ninguna de ellas dejó de lado la oportunidad de mostrar sus brillantes y arriesgadas ideas para el próximo año. Pareciera que la primavera y parte del verano se vislumbran neutrales con destellos de color; de igual manera se ve volátil y vaporosa, pero sin duda, lo que más llama la atención es la conciencia que tienen estas colecciones de su tiempo.
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