Una mujer segura de su poder tiene la capacidad de conjugar los opuestos de modo armónico, de lograr un balance entre la conciencia y lo inconsciente, de fusionar la carne y el espíritu, de equilibrar su intelecto con sus sentimientos, de entregar el alma y el cuerpo. Así lo explica la obra taoísta china “El secreto de la Flor de Oro”, texto en el que se inspiró Carl Gustav Jung para sumergirse en un viaje místico y alquímico a través del que analizó y comprendió los complejos y la psicología profunda. Los estudios del psicólogo no se centraron en la conexión funcional de la psique femenina, pero sí reveló mucho de ella a través de la metodología que incorporó a su trabajo. Ésta abarcaba desde la antropología, alquimia, interpretación de los sueños, el arte, la mitología y filosofía.
Así que, Jung y alquimia son –a partir de una interpretación estética y simbólica– la relación que aplica cómo es que la mujer es y se convierte a través de su pensar, sentir y actuar; pero también a partir de su presencia y apariencia. Ella siempre está cambiando, transmutando su quehacer y modificando su presente; la mujer es khemia: transformación. Tal cual la tierra, los minerales y cualquier elemento natural se transforma en otro, a través de componentes que lo convierten en una configuración única, inteligente y evolutiva; el género femenino se restaura por medio de su cualidad esotérica y su poder sosegante.
Además de un término que antecedió a la alquimia y –como tal– a la química, Khemia también es el nombre de una firma mexicana creada para reflejar y exaltar el poder de una mujer que confía en sus sueños, que escucha su inconsciente y que procura su alma. Los accesorios que configuran esta marca le dan un giro, tal cual lo hace la mente femenina, a ese pensamiento que impide admirar el misticismo, la energía y la inherencia de todo a nuestro alrededor; sobre todo, de todo lo que hay dentro de cada una.
Con el afán de elaborar algo que describiera y exacerbara la magia que vive en cada partícula de México – como lo dijo el fundador y diseñador Pedro Valadez– Khemia llegó para vestir a quien logra disolverse entre la muerte y el renacimiento al mismo tiempo: la mujer. De acuerdo a Jung, la fusión de los opuestos: del yo consciente con el inconsciente, era el principio de todo arquetipo. En este caso, la mujer y su sombra –es decir, una bruja– es quien tiene el poder de reunir dos cualidades, pensamientos, ideas o realidades adversas. Sin censura, miedo ni prejuicios, ella se acepta como un ser sexual repleto de fuerza; una mujer segura de su poder conoce todas las conexiones que tiene con el mundo, aunque éstas sean invisibles. Al menos así es como Jung explicó la forma en la que los arquetipos sucedían todo el tiempo, en distintos lugares del planeta y así es como el creador de este concepto –Khemia– lo relaciona con la figura femenina, la moda y con el poder de su parte iluminada en combinación de la más oscura.
Los accesorios que la mujer dominante usa son los que la hacen abrazar su propia sombra; sólo así –aceptando su dualidad– ella puede alcanzar su verdadero potencial. Justo ese es el objetivo de una firma como la del diseñador de moda Pedro Valadez, dejar claro que una mujer “no siempre tiene que ser santa y pura o virgen para ser merecedora de un respeto”. De hecho, el género femenino es divino por naturaleza, entre pócimas que quitan el dolor y la tristeza, palabras que anulan el vacío y la preocupación, o caricias que aminoran la desesperación y la furia, ellas –mujeres, brujas, madres, amantes, amigas o como queramos llamarlas– siempre hacen magia.
Sus poderes no sólo seducen al ojo terrenal, también dan suerte como un talismán. Por ello, los accesorios de Khemia “están pensados para esta reina de la luz y las sombras”, explica Valadez. El escarabajo que protagoniza la insignia de la firma es un símbolo solar: representa la luz, fuerza y protección que caracteriza a cualquier mujer. Los cuarzos son la materialización de aquella vibración y conexión que las “brujas” tienen con la tierra. Entonces, los bolsos y el calzado de pieles, geometría y misticismo, son los esenciales de toda mujer segura de su poder.
mujeres conscientes de su fuerza y energía esa búsqueda comprende el descubrimiento de su propia esencia. Todos los accesorios que componen la firma de Khemia son creados con materiales que prometen una mayor vida útil, por lo que el daño al planeta es mucho menor. Así que cualquiera que conozca la importancia de la perpetuidad, sabe que los accesorios perfectos son los que la acompañarán a lo largo de todas sus batallas mágicas. Además, esta firma mexicana posee una producción limitada, lo cual le agrega valor y exclusividad a cada producto; sobre todo, le da un sentido de singularidad y misticismo a cualquier mujer que sepa que no merece menos de lo que es.
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Fuentes:
Khemia