Les voy a hablar desde lo más profundo de mi corazón, algo súper personal y privado. Tengo mucho busto y siendo sincera muchas veces me he sentido muy incómoda con el tamaño, tanto que he llegado hasta vendarme buscando aplastarlas, literal al resto de mi cuerpo y que se me vean menos. Son mi más grande inseguridad.
Hablando muy sinceramente, no encuentro una talla de bra que me quede, es horrible probar y probar tallas además de piezas carísimas y que no me cubran o sostengan como deberían. He optado por tops deportivos . En fin… de pronto llegó la pandemia, días encerrada y dije ¡se acabó! quiero estar cómoda y no estar preocupada si me sostiene, si me cubre, si me queda, si queda bien con el color de la blusa o si se nota… quería estar lo más a gusto posible en mi casa.
Todo comenzó ahí y no me atrevía a salir a la tienda sin sostén. ‘Me van a ver’, decía.
Amigas, quiero decirles que fue lo mejor que pude hacer. Al inicio formaba parte de mi rutina normal, luego fui dejándolo por unos días con la idea de ‘descansar’ de él, ¿para qué lo uso si voy a estar solo en casa? y ahora de plano no lo uso para nada. Se hizo costumbre, creímos que duraría solo unos meses pero ya llevamos más de un año y ¿qué creen? ya ni me acuerdo cómo se usan, jiji.
He tenido muchísimos beneficios. Puedo moverme libremente y desafié a los estándares. Cada vez salimos más y ¡me atreví! PUFT fue súper cómodo y una delicia estar así todo el día. Luego decidí salir así al súper, vi a mi novio, mamá me visitó y hasta que se me olvidó esa inseguridad. ¿Esto es el amor propio?
Sé qué me van a decir muchas, incluso mi mamá no está de acuerdo, desde jóvenes nos dijeron que debíamos usarlo todos los días y que incluso beneficiaba en la firmeza del busto… queridas, mis senos están más firmes ahora, les juro.
Muchas cosas han cambiado desde que inició la pandemia, una de ellas es nuestro amor por la tendencia braless que si bien es cierto tiene algunos años, muchas no nos atrevíamos a sumarnos, hasta ahora. No había nada mejor que llegar a casa y desabrochar esa prenda incomodísima, esta vez no se va a volver a abrochar.
Hoy ya no me acompleja, hoy ya no quiero sentirme incómoda, hoy ya no quiero tirantes marcados, hoy me atreví y jamás, ni loca, regresaría a usar sujetador. Si le tengo que ver el lado bueno al encierro, definitivamente es éste.
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