El antes y después de cómo asisten los invitados a la Met Gala: desde 1971 hasta el pasado éxito de 2019, "Camp: Notes on Fashion"
Si hay un evento que haya marcado el antes y después de las Met Gala, es aquél cuando llegó Donatella Versace junto a su hermano, Gianni, para la celebración que tenía por tema Rock Style de 1999. La italiana que heredaría la firma de la medusa vestía un diseño que pasó a la historia como The Belt Dress, y se presentaba ante la sociedad –con todo un plan detrás, por supuesto– como el próximo rostro a mirar en el mundo de la moda.
Sin embargo, no podemos omitir que la Gala, desde su primer evento temático Fashion Plate en 1971, ha fungido como un espacio de diversión, creatividad e inventiva, por no decir tenue subversión, en la escena glamorosa del fashion neoyoquino. El Metropolitan Museum of Art, sede del evento, se ha transformado entonces en un centro de revisión e impulso para las ideas de belleza y tecnología en la indumentaria; muestra de su creciente relevancia es el auge del Costume Institute a su interior, tan impulsado desde sus inicios por Diana Vreeland y hoy heredado y perpetuado por Anna Wintour.
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En el 2018, fue una fiesta sin igual donde se conjugaron estudios antropológicos, filosóficos, religiosos y técnicos, que tuvo como marco la exposición Heavenly Bodies y una de las cenas más emblemáticas de todos los tiempos. Cómo olvidar a Rihanna en un atavío papal, a Madonna convertida en una suerte de madre dolorosa y a la triada Michele-Letto-Del Rey encarnando un cuadro renacentista en Gucci.
En año pasado, lo apreciamos con un sinfín de colores y propuestas atadas a la temática "Camp: Notes on Fashion", detalles, extravagancia, llegadas triunfales y un divertido panorama.
Pero esos no fueron los únicos looks que marcaron la historia de la Met Gala; también están…
Diana Vreeland y su inigualable gusto para robar la atención.
Bianca Jagger en el 81 para La mujer del Siglo XVIII.
Cher en el 85 para la celebración sobre los Disfraces de la India Real.
Anna Wintour siendo joven y de minifalda ese mismo año.
Kate Moss y su belleza minimalista para la fiesta de Haute Couture en 1995.
La princesa Diana usando uno de los primeros Galiano para Dior en 1996, cuando la celebración se turnaba entre las editoras de Vogue y Harper’s Bazaar.
Paltrow en el 97 con el vestido que causó revuelo en el MET y ocasionó su posterior ausencia durante las galas.
Liv Tyler en el 98 para Cubismo y Moda.
Naomi Campbell e Iman dando un poco de su personalidad para la Gala con motivo a la Expo Jacqueline Kennedy: Los años de la Casa Blanca.
Florence Welch en 2012 para la que fue una exposición tremendamente trascendente: Schiaparellu y Prada: Conversaciones Imposibles.
Rihanna y ESE vestido color amarillo durante China: A través del espejo de 2015.
Para ese mismo evento, los Kardashian West.
Los hermanos Smith, Jades y Willow, para Manus x Machina: la moda en una era de la tecnología.
Zendaya en 2017 para la revisión de una de las más grandes diseñadoras de la contemporaneidad: Rei Kawakubo / Cosme des Garçons: Arte de lo intermedio.
Y el año pasado, ¿cómo olvidar a Lady Gaga, Ezra Miller y Harry Styles?
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