Son sólo cinco. Así que no pongas pretexto. Estos son los pasos que necesitas al maquillarte y cuidar de tu piel si estás ya en este nivel de tu vida.
Y aquí un bonito poema de Samuel Ullman para todas las que cumplimos 30 (o más) en próximos días. Sí, ya sé. Me acabo de ganar un #YaSienteseSeñora, pero ¿¡y qué!?
La juventud no es un tiempo de la vida;
es un estado de la mente;
no es una cuestión de mejillas sonrosadas,
labios rojos y rodillas flexibles;
se trata de un asunto de la voluntad,
una cualidad de la imaginación,
un vigor de las emociones;
es la frescura de los manantiales profundos de la vida.
Ejem, ejem. Fue un fragmento nada más… Pero el mensaje es claro, ¿no? Es decir, no somos unas ancianas, pero tampoco somos esas chavillas que buscan noches de perro intenso todo el tiempo. O sí; pero entonces nos hemos hecho ultra amigas del naproxeno, la nimesulida y las bolsitas de manzanilla en los ojos.
Pero equis. El punto es que hemos crecido, la piel ya no se regenera tan rápido, las líneas de expresión se marcan con mayor facilidad, cada día tenemos más cara de muertas-por-dentro y, además de todo, ¿sabías que justo a esta edad empezamos a desarrollar ese olor a viejito que tienen los abuelos? Pfff…
Pero eso sí. Nos vemos cada vez más seguras y chingonas, ya no le tenemos miedo a tantas cosas –creo– y el maquillaje ya no se ve más como un juego Mi Alegría sobre nosotras.
Fuck. ¿Alguien sabe todavía de esa marca?
En fin. A los treinta, o tienes estos hábitos, o ya te jodiste. Así que apunta.
Cambiar tus rutinas de lavado y humectación para la mañana y para la noche
O sea: hola, cremitas y sérums con antioxidantes al despertar; hola, retinol e hidratantes para dormir.
Vigila el contorno de tus ojos
Tanto al maquillarte como al humectarte. La piel de tus ojos se arruga y mancha con facilidad, porque no contiene células adiposas, entonces procura no maltratarla con pinturas o productos agresivos.
Incluye lo que va después del rostro
I mean: cuello y escote. Porque sí, las arrugas tarde o temprano se harán notar allí. Así que, no te maquilles el pecho, ni que esto fuera 1950, pero sí dale la hidratación suficiente por las mañanas.
Crea una capa de defensa
Hasta donde sea posible, busca que tu maquillaje también te proteja contra los rayos solares, las toxinas y los radicales libres. Consulta a tu dermatólogo al respecto; seguro tiene algunas marcas que recomendarte.
Adiós parabenos
Amiga, date cuenta. Hay cosas que tapan tus poros y son pésimas para la salud de tu rostro. Revisa que en las etiquetas de tu maquillaje y cosméticos se especifique una fórmula con cero parabenos y siliconas.
¿Ves? Fácil. Sin todo el drama de ay-por-qué-a-mí o el de ya-me-voy-a-guardar-porque-soy-una-señora-de-edad. Relájate. Igual puedes seguir yendo a las noches de Rico y Traición. Puedes traer la party hard en el músculo. Sólo cuídate, mamacita.