En puestos de revistas en México y redes sociales ya circula la portada de Marie Claire con Michelle Rodríguez luciendo espectacular y haciendo historia.
Estoy muy segura de que es la primera vez que una mujer tan fabulosa, única y alejada de la hegemonía corporal figura en la portada de una revista de moda en México.
Y no me olvido de otros hitos de la visibilización a los cuerpos diversos en México, como las fotazas de Nabile Ahumada en Elle o la participación de Esmeralda Soto hace unos meses en la revista Tú o Yalitza en Teen Vogue o Herly en la campaña de Nike.
Esto, lo de la portada de Michelle Rodríguez, es diferente.
¿Por qué esta vez es diferente?
Piénsenlo: algo muy importante está sucediendo en el mundo cuando la edición de Febrero de una revista no está enfocada en el amor romántico de pareja de siempre. En cambio, los contenidos que típicamente responden a la temporada de San Valentín, esta vez se enfocan en el amor propio.
Marie Claire es una revista francesa con una historia que inicia en los 30. Casi 100 años nos tomó ver a una mujer de Xochimilco en la portada de su edición mexicana.
Y es que hasta en las opresiones hay niveles. Poco a poco estamos acostumbrándonos a ver a mujeres como Ashley Graham, Barbie Ferreira, Chrissy Metz y otras chicas blancas y hermosas de cuerpos grandes.
Salvo excepciones como Lizzo, en general son mujeres blancas, curvilíneas, más cercanas a cierta norma occidental y los espacios que ocupan son internacionales.
Todo bien pero, ¿y en México? ¿Y en América Latina? Esto: Tenemos a Michelle Rodríguez en Marie Claire.
Michelle Rodríguez, una mujer que se acerca a los 40, bisexual, morena, xochimilca, con proporciones corporales distintas a las de chicas plus size acinturadas que vemos en publicidad de Estados Unidos.
Michelle Rodríguez está conquistando espacios, está existiendo y resistiendo. Díganme si no es para festejar.
Me emociona que nos acostumbremos a ver distintas corporalidades representadas en los medios, que nosotros y las generaciones que vienen sepan que el cuerpo que habitan no tendría que limitarles. Nos urge y hacia allá vamos. Lento, pero vamos.