Según palabras de Karl Lagerfeld, genio del guardarropa y diseñador en jefe de las firmas Fendi y Chanel, verte a la moda es el último paso antes de verte de mal gusto. Y aunque sus palabras están destinadas al público femenino en general, siendo un hombre que se dedica a la construcción visual del ser humano, las sentencias que suele arrojar pueden ligarse perfectamente al género masculino en el intento persistente por convertir a éste en un integrante más del fashion. Su frase resuena con intensidad en nuestras mentes si consideramos sobre todo los errores garrafales que se cometen por parte de los varones al intentarlo una y otra vez en términos de estilo.
Ya sea por exageración, malas decisiones en cuanto a tendencias y propuestas pasajeras o porque no se tiene ni el más mínimo sentido del vestir, los hombres solemos salir a la calle, al trabajo y a la vida por completo con lo primero que se nos ocurre o que creemos se vería cool. Cuando en realidad el dichoso outfit no es más que un conglomerado de piezas sin conexión. Pertenecer a este sexo y elegir correctamente aquello que nos hará lucir presentables -o incluso apuestos- es una tarea más complicada si tomamos en cuenta que se carece en al interior de ese sentido femenino por el gusto.
No obstante, y como solución a este problema inmortal, existen prendas esenciales en el armario masculino para, si bien no transformarse en un ícono de la moda, por lo menos dar una imagen más pulcra, cuidada y armada sobre nuestra figura. Una que no permita la equivocación o la falta de presencia.
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Calcetines que no sean blancos
Podemos comenzar con un básico que, aún cuando pensemos son imperceptibles, dicen mucho de nosotros. Y nada peor que un par de calcetas blancas donde sea y cuando sea. Tampoco debemos caer en la tentación del diseño estrambótico, por supuesto, pero unas bien coordinadas con el color de nuestro look completo hacen mucho por nosotros.
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Boxers y ropa interior de distintos tipos
Briefs, boxers, trunks, bikinis y sus derivados deben estar en nuestro guardarropa pase lo que pase. Nadie quiere verte en pantalón sastre con el bóxer abultado o ver marcadas las líneas de tu brief con un short. Hay distintos tipos y atender a ellos de acuerdo con lo que usemos.
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Camisetas tipo tank o cuello en V
Usar camisa –sobre todo blanca– y no traer una buena camiseta debajo debería ser penado. No se trata de transparencias ni mucho menos, tiene que ver más bien con manchas de sudor y lo que se proyecta. Por ejemplo, en una junta de trabajo. Así que elijamos la que mejor convenga, pero hagámoslo. Igual funcionan para looks casuales y urbanos.
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Playera sin estampados
De un color sólido y tan básica como una con cuello circular. Así de simple. ¿Por qué? Primero, ya no eres un adolescente que necesite mostrar sus gustos musicales o deportivos en todo momento; segundo, funcionan para casi todo. Incluso para un domingo de comida casual donde no quieres usar camisa pero sí un buen saco.
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Camisa tipo polo
Porque no hay mejor híbrido entre la formalidad y el estilo casual que necesitas durante un viernes en la oficina o una cena entre amigos. En este caso también se deben cuidar los estampados o los logos de la marca, pero en general visten demasiado.
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Camisa para mancuernilla y alfiler
Su uso no se limita exclusivamente a eventos de gala. Si traes unos jeans cotidianos y un par de tenis que bien podrían pasar desapercibidos, una camisa de este tipo puede solucionarlo todo y dar la apariencia de esfuerzo que en realidad no existe. Sólo asegurémonos de tener unas mancuernillas o unos alfileres presentables.
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Pantalón sastre sin texturas
Es decir, unos con los que no se abuse de la lana o sean tan brillosos como para ver reflejado al sol en ellos. El negro, azul y gris siempre serán los clásicos; y si se quiere que lleven algún patrón o lineado, procura que sean sutiles. De lo contrario se obtendrá un atuendo recargado que la mayoría de las ocasiones saldrá sobrando.
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Camisa White collar
Aunque muchas personas las consideran no profesionales, para nada están en lo correcto. Una camisa de color tranquilo o tenue y cuello en blanco es perfecta para lucir formal, competente y decidido sea cualquiera el contexto en donde nos encontremos.
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Corbatas sólidas
Supongamos que ya lo hicimos bien con la selección de camisa y traje. Ahora el problema es la corbata; nadie quiere ver una con superhéroes o pequeños patos de hule. Entonces recurramos a lo seguro y presentable. Un tono burdeos, una azul Klein o una verde zafiro sin ningún añadido.
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Sabemos que es tedioso y a veces parecerá innecesario, pero mostrarse con una buena selección de ropa y que, sobre todo, luzcamos bien armados no importa la situación, es más importante de lo que nos han enseñado mediante los roles de género. Para continuar con esta tarea, revisemos los 12 detalles en el look de un hombre que enamoran a todas las mujeres y los 12 consejos que un hombre debe seguir para usar un traje con estilo.