Siempre inolvidable, siempre irremplazable… Lady Di se caracterizó por ir más allá de lo que el protocolo le dictaba, en todos los aspectos de la vida, desde la manera de cuidar a sus hijos, la forma de interactuar con la sociedad e incluso de impactar con estilo.
Reconocida como uno de los mayores, sino es el que mayor icono de moda de Reino Unido hasta nuestros días, la Princesa Diana, conocida de cariño como Lady Di se encargó de imponer un statement que la hizo diferente de las demás mujeres en la historia.
Entre sus grandes hazañas, se encuentra la versatilidad que tenía en su estilo, pues ella no temía a lo diferente: podía pasar de una noche de gala en un elegante vestido de velvet hasta una tarde con sus hijos en overol de mezclilla. Después del divorcio y alejamiento que tuvo de la Familia Real Británica nada cambio, incluso fue un indicio para seguir experimentando e imponer muchas tendencias noventeras que seguimos adorando.
Entre su apuesta por lo andrógino, lo irreverente y sus pasos incluso por las primeras señales del Atlheisure, Diana no se unía a las tendencias, sino que las creaba, experimentaba e imponía sin siquiera intentarlo.
Otro aspecto muy importante de aquel estilo que Lady Di implantó en la historia de la moda y que sigue siendo una “delicia” es esa manera de revolucionar sus looks, innovar, reciclar y ser de las primeras integrantes de la Familia Real en hacerlo sin miedo.
Lo anterior no solo en cuanto a ropa se refiere, -pues verla con el mismo vestido en dos actos públicos fue todo un acontecimiento en sus años- sino que también lo llegó a hacer una infinidad de veces con sus propias joyas, entre ellas… sus gargantillas.
Pero, ¿qué hacía con sus hermosas gargantillas? Como si se tratara de alguna banda, diadema e incluso tiara, las usaba en su cabeza, dándoles otro uso, uno muy cool para esos años.
La primera vez que experimentó con sus gargantillas se remonta al año 1985, cuando en el baile en Melbourne envuelta en un precioso vestido verde turquesa, llevó en la frente una maravillosa gargantilla de brillantes y esmeraldas en la frente (claro, no cualquiera podría hacer eso).
Lo llamativo además de los materiales que implicaba es que: era un collar Art Deco de Garrard, el cual perteneció a la reina Madre y que la Reina Isabel II le daría a Lady Di, de acuerdo a Vanity Fair España. Un accesorio que se convirtió en el favorito de la Princesa Diana incluso depués del divorcio.
Otra de las múltiples ocasiones en las que Lady Di también probó el truco de la gargantilla-tiara, fue durante una cena en Tokio, en el que acompañando un increíble vestido azul rey, llevó a manera de banda un choker de terciopelo con brillante, protagonizado por un gran zafiro enmedio, según la publicación de España, un regalo que el príncipe de Arabia Saudí le dio en su boda.
Conocer este truco solo significa que la Princesa Diana fue, es y será todo un ícono de moda y estilo, una prueba más de que conocía perfectamente su personalidad y apostaba por cosas nuevas de la manera más elegante y sutil, sin exagerar, sin llamar la atención simplemente siguiendo sus propias reglar al vestir.
También, este truco podría servir de inspiración para quizá convertir y adaptar tus collares u olvidados chokers (de hace unos años) en bandas o diademas que podrías llevar sobre tu cabeza. Quizá.
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