Con una portada en rojo y un corazón en la parte de atrás –decisión un tanto cheesy para el coloso editorial que es Harper’s Bazaar–, Jennifer Lopez vuelve a sorprender al mundo en cuestión de semanas. Primero una cruz bastante kitsch para la Met Gala de 2018, después un vestido color verde esmeralda para InStyle, más tarde un protagónico hilarante con Second Act, hoy: la portada del magazine de moda y lujo más longevo de nuestra era.
Usando un Gucci tan rojo como el mes de febrero lo merece, Jennifer dio una entrevista que no tuvo mesura ni tapujo; la misma publicación acepta que las declaraciones de la actriz, cantante y empresaria no cupieron a cabalidad en la edición, pero que de entre todo lo dicho, se rescatan los siguientes quotes:
«En este momento, para las mujeres, esto es una especie de revolución, ¿no? Una revolución emocional y espiritual que está afectando al mundo. Una tormenta que estamos creando, levantando un poco de polvo y dejando que la gente sepa que estamos aquí para quedarnos y entendemos nuestro poder, nuestro valor y nuestro valor».
«Crecí en el Bronx. Tuve este tipo de educación muy urbana con break dance en los 80, Adidas y aros. Ese estilo de calle del Bronx sigue siendo una parte muy importante de mi estilo».
«Mi principal objetivo con mis hijos es enseñarles a amarse a sí mismos y entender su valor, para que siempre tomen buenas decisiones por sí mismos».
«”Trabajan muy duro, porque mamá trabaja muy duro”. Eso es lo que ellos ven. Y ellos ven la caridad. Y ellos ven el amor. Sólo espero que esos sean principios y fundamentos de su vida».
«(Las mujeres, los latinos, los seres humanos) No debemos de tener miedo. En realidad, tenemos mucho qué aportar y mucho qué agregar a este mundo y a esta vida, a este país».
«Nunca quiero que me digan que no puedo hacer nada de lo que quiero hacer. Lo voy a hacer».
Y con estas palabras, J.Lo nos recuerda lo importante a recordar durante este mes: que no se festeja San Valentín con la pareja ni con los amigos cercanos, sino con la humanidad entera. A la cual debemos profesar amor o, cuando menos, el comportamiento más decoroso posible.